Cuatro dilemas de la Responsabilidad Social

. miércoles, 16 de mayo de 2007

Por F. Xavier Agulló. Hace tiempo que le doy vueltas a las muchas contradicciones y dilemas, que se me presentan en mi trabajo. A menudo en mis conferencias y seminarios me encuentro en la necesidad de afrontar dilemas, de tener que argumentarlos y explicarlos, como hoy ante Paulina y Núria. Mi encuentro con ellas me ha motivado definitivamente a reflexionar sobre ello. Creo firmemente que con la RSC es posible marcar un antes y un después en nuestro mundo, y creo firmemente que ello es posible hacerlo a la vez que todo el mundo, todas las partes interesadas, todos los agentes sociales salgan ganando, en un ganar-ganar multilateral.
Con ello pues no establezco con la reflexión que sigue un paralelismo con aquel capellán devoto que, ante avatares de la vida, ha tenido 'dudas' en algún momento. No son dudas lo que tengo, son dilemas, de hecho tampoco la RSC es una religión o cuestión de fe, es ciencia exacta, tanto como las matemáticas.

PRIMER DILEMA: "ser de acá o ser de allá"

En mi intento de practicar consumo inteligente o responsable pienso a veces el dar prioridad a los productos fabricados en mi entorno más cercano, con ello colaboro a sostener los puestos de trabajo de la sociedad en la que físicamente resido. Priorizar la producción local (ya sea por motivos éticos como la creación de empleo, motivos culturales como estar los productos etiquetados en mi lengua, el catalán, o bien por motivos de apoyar la producción artesanal) es, puede o podría ser un criterio para muchas personas a la hora de consumir. Además, con ello no consumo productos que vienen de cualquier lugar del mundo y que han requerido transporte por lo general contaminante y emisor de gases efecto invernadero (GEI), como el CO2.

Por otro lado pienso que priorizando la producción local es como una traición para con el resto del mundo, a menudo menos desarrollado, que necesita del consumo en las sociedades occidentales para crecer como lo hicieron éstas. A menudo esto incluye el comercio justo. ¿Es que acaso el comercio justo es irresponsable por provenir de países lejanos y haber emitido en su transporte GEI? ¿Es que acaso no debo colaborar a desarrollar otras sociedades? ¿No es un acto de egoismo?

SEGUNDO DILEMA: "por el aire o por la tierra"

Para esto de la contaminación en el comercio internacional, seguro que sería muy diferente si se van imponiendo los biocombustibles (bioetanol o E85 como sustituto de la gasolina y biodiesel o B30 como sustituto del gasóleo). Los biocombustibles parecen ser la panacea, ¿no? A la par que solucionamos un problema de agotamiento de los combustibles fósiles, solucionamos el problema de la contaminación. De momento, Estados Unidos con el etanol y la Unión Europea con el biodiésel ya han hecho su apuesta. Más aún, es una oportunidad para los países en desarrollo de Latinoamérica y África para dedicar recursos disponibles, terrenos de cultivo, a la producción de maíz, caña de azúcar para fabricar bioetanol o cereales varios para hacer biodiésel.

Estos países pueden dedicar terrenos de cultivo a ello... y deforestar con ello grandes espacios de riqueza forestal que mantienen el equilibrio del planeta, hay quién incluso afirma que este efecto negativo puede llegar a eliminar el beneficio de la menor contaminación. Pero es que también reduce el espacio disponible para alimentos y mantener la sobiranía alimentaria. De hecho, ya en México ha habido problemas con el precio de las tortitas, hechas de maíz, al escasear por aumentar la demanda para elaborar etanol para USA.

TERCER DILEMA: "tener o no tener edad"

Las tortitas de maiz, como otros alimentos básicos en el mundo son la base alimentaria, casi única, de las clases sociales más necesitadas y, por lo tanto, de muchas criaturas en todo el mundo. Criaturas a menudo que deben trabajar para colaborar en el sustento de sus familias, pues ni con los salarios de quiénes tienen la mayoría de edad se puede sostener la familia. Cuando a finales de los años 80 del s. XX la estadounidense Nike se vio envuelta en el escándalo de producir zapatillas con mano de obra infantil, todo el mundo occidental la tildó de irresponsable. La infancia debe serlo mientras los sea, y dedicar su tiempo a ir a la escuela y jugar, y las empresas deben ayudar a mejorar los niveles salariales y beneficios sociales de la gente adulta para hacer que padres y madres no deban enviar a su descendencia a trabajar.

Pero es que las condiciones laborales no son mejores, no se han hecho programas paralelos para crear escuelas donde no las hay y donde se han retirado las criaturas de las fábricas. De hecho, mis abuelos (no se si también las abuelas) trabajaban cuando casi no tenían diez años. Una sociedad en desarrollo debe valerse de todo cuanto puede para evolucionar... o no... ¿Estamos negando a las sociedades en desarrollo hacer lo que hicimos las occidentales hace un siglo? ¿No es un acto de egoismo?

CUARTO DILEMA: "ser yo responsable o serlo tú"

Porque claro, todo es culpa de las empresas transnacionales, llamadas ahora globales, seguramente porque están hinchando un 'globo' que va a petar dentro de poco. Porque todo es culpa del capitalismo neoliberal que nos rodea, de ese eje del mal que son las empresas. Por ello como mínimo les 'robo' a ellas comprando lo más barato que encuentro, porqué mejor tener yo esos céntimos o centavos de más que ellas, ¡las malas!

Porque ninguna culpa tiene quién para vivir un poco mejor ahorra unos euros o dólares al comprar en cadenas de supermercados como Carrefour o Wal-Mart, ¡¡porque el precio es lo más importante!! ¿Por qué deben ser responsables las empresas si no lo son quiénes compran?


Ese capellán devoto que al inicio de estas palabras tenía algunas dudas en su vida es una referencia para mi por haber hecho un acto de reflexión sobre lo que es y lo que debe ser. Sobre si hago bien o hago mal. Sobre si la acierto o me equivoco. No creo que ninguno de estos dilemas reduzcan el valor de la RSC, creo que muy al contrario, la revaloriza. Tenemos en nuestras manos (¿nuestros bolsillos?) el futuro de nuestra propia sociedad.

Todos estos dilemas me dicen, espero que también a más gente, que podemos elegir, elegir una vía para una corresponsabidad, una responsabilidad compartida entre todo el mundo, donde nadie tiene maldad o bondad por naturaleza. Somos iguales ante los retos, pero cada agente social puede aportar de forma distinta.

Con el consumo responsable podemos orientar y premiar a las empresas. Tener sensibilidad social puede reportar ventajas a una empresa, a todo el mundo.

Es a nivel de nuestro territorio más inmediato donde las gentes tienen caras, nombres y apellidos, acá es necesario hacer estos debates, y hacer elecciones corresponsables y pactadas entre los agentes para solucionar sus poblemas, para crear territorios socialmente responsables y ver como poder colaborar con otros territorios de allá. Porque hay que elegir.

3 Comentarios:

Cris Pérez-Vàzquez dijo...

Hola Xevi,

Cuanta razón tienes, estamos ante un proyecto que se nos escapa de las manos y que requiere la participación de todas las personas.

Me atrevo a inventarme una palabra, como un día me sugeriste y es INTERCOMPARTIPACIÓN. Queda un poco larga, lo que quiero decir es que hasta que no consigamos participar todos, de una forma COMprometida e INTERrelacionada; las cosas se complican: elegir entre el bien y el mal nos convierte en capellanes devotos con dudas razonables.

De ahí, nuestra tarea divulgativa de la que nos debemos sentir orgullos y RESPONSABLES.

Un saludo,


Cris

F. Xavier Agulló dijo...

Como en las antiguas bitácoras personales (de esas en papel que ya casi no recordamos...) el poner las reflexiones negro sobre blanco ayuda a ordenar los pensamientos, y en este caso, también seguramente nos ayuda a autosensibilizarnos más!!

Anónimo dijo...

hola Xavier,
Me parece que los dilemas se pueden resolver si vemos que la RS es ante todo gestión de impactos y si vemos que la ética de hoy, ligada a la sostenibilidad, nos pide un enfoque sistémico, y no una purificación de la buena voluntad para alcanzar un mítico Bien en sí mismo:
1. Consumo local o mundial? Si universalizáramos el consumo local, tendríamos menos CO2, entonces es bueno. Pero vemos claramente que no se puede con todos los productos, por lo que estamos ante una disminución estadística de impactos medioambientales del comercio. Puedes seguir comprando comercio justo, y el comercio justo tiene que ser cada vez más un comercio sur-sur.
2. Biocombustibles? Aquí no hay dilema. Ya se han visto los malísimos impactos de un REEMPLAZO del combustible fósil por el vegetal. Imposible, insostenible e inmoral. Lo único que queda es unas medidas de acompañamiento con biodiesel durante la fase de transición entre energía fósil y energía renovable.
3. Trabajo infantil? Pues la UNICEF e IKEA han encontrado el término medio: ningún trabajo infantil debe IMPEDIR al niño ir al colegio, y así comprometer su desarrollo de capacidades (A. Sen) para el futuro. Se puede encontrar soluciones ad hoc en cada contexto de pobreza, entre padres de familia, empresas, ONGs y gobiernos.
4. Culpa del capitalismo y yo no? Pues la RS es de todos y la "culpa" es de todos porque el problema es sistémico. Pero no debemos serguir razonando en términos religiosos de "culpa" y "santidad" que no sirven para nada a un nivel sistémico en el cual es la gestión de los modos de vida que cuenta. Por lo que la sostenibilidad depende de una coordinación sinérgica entre Estado-Empresas-sociedad civil-comportamientos individuales. Obviamente, el "buen comportamiento individual" no va primero, porque no puedo reciclar yo solo, ni dejar de contaminar yo solo, ni mejorar la equidad yo solo, ni comprar buenas cosas si no tengo la información. Por lo que la calidad ética de mis actos, aquí, no dependen de mi "buena voluntad", sino de una reorganización del campo contextual en el cual yo actúo.
Todo eso me parece que es un problema de pasar de un paradigma de ética de primera generación a uno de tercera.
saludos
François Vallaeys

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