Pedimos la palabra

. martes, 5 de junio de 2007

"Hoy en día, la imaginación ocupa una buena parte del espacio que le era propio de la observación." La sociedad invisible. La sociedad invisible. Daniel Innerarity Editorial Espasa, 2004, Madrid, España.

Por Oscar Chamat. Hoy como nunca antes, las ideas son las que están moviendo el mundo: la idea del miedo es la que sostiene una guerra al terrorismo; la de ganancia es la que mueve la economía; la de mi-Idea-es-superior es la que mueve al fanatismo religioso o político; la de la laicidad es la que obliga a niñas que profesan el islam a quitarse el velo cuando van al colegio; todos son ejemplos de ideas que en mayor o menor medida hacen que las sociedades se transformen. En la actualidad el impacto que las ideas pueden tener, está condicionado por su difusión en los medios de comunicación, ya que los hechos que no se comunican es como si no hubieran existido. La experiencia directa, por lo tanto, ya no es la principal fuente de conocimiento, hoy en día son los medios. El conocimiento que tenemos de la realidad es sencillamente una percepción de “segunda mano”, una realidad filtrada y sesgada por lo que se comunica en los medios.

La multiplicidad, simultaneidad y complejidad de los acontecimientos que ocurren hoy en día, hacen que los medios de comunicación sean la única manera de abarcar, no siempre de entender, esa avalancha de información. La parte más compleja del proceso de informarse consiste, por lo tanto, en saber como procesarla e interpretarla. Sin embargo, los medios no nos facilitan esta labor, puesto que si se quiere obtener una opinión sobre las cosas que afectan a las personas implicadas se tiene que pasar por el filtro de las encuestas o por las opiniones de gente experta sobre el tema en particular.

Respecto a la dificultad que se tiene para realmente conocer lo que ocurre a nuestro alrededor, me gustaría mencionar dos casos muy sencillos: Para saber sobre los problemas que aquejan a la población inmigrante, se debe recurrir a las encuestas, que, como es bien sabido, pueden ser fácilmente condicionadas -cuando se le pregunta a una persona inmigrante que comparte una habitación con otras 5 desconocidas, si siente que tiene problemas para acceder a una vivienda digna por su condición de inmigrante, la respuesta más que probable es sí. El segundo caso se relaciona con los medios que contratan a gente experta para opinar lo que sienten, piensan o quieren determinados colectivos -lo cual me parece en algunas ocasiones particularmente arriesgado. Cuando leo a dicha gente que escribe sobre inmigración me pregunto si es que las personas inmigrantes no tenemos la capacidad de opinar sobre lo que es mejor para nuestro colectivo. Parece que somos una hoja en blanco a la espera de ser escrita y descrita por los locales y muchas veces me hago la pregunta que si ese mismo 'club' experto se consideraría representado por personas que no conocen de primera mano su realidad y sus motivaciones. ¿Si nos tienen al lado porqué seguimos teniendo la consideración de una población “de estudio” y no un grupo de opinión?. Para saber de primera mano lo que opina la inmigración sobre la sociedad de acogida es necesario leer los periódicos destinados a este colectivo, una situación que con el tiempo puede provocar "guetos informativos", espacios hechos por y para determinados colectivos.

Para ratificar lo anterior le invito a buscar en los medios de comunicación, colaboraciones habituales que sean provenientes de los colectivos a los que se refieren. Se podría argumentar que la visión que esas personas, sería extremista o como mínimo sesgada, ¿pero acaso no está igualmente sesgada la opinión de la persona experta por su propia experiencia?, y sobretodo, si existe un discurso de integración y convivencia, ¿Como podemos pretender entender a quien no le damos la voz para poder ser oída?

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo! Recuerden que una estadistica, adecuadamente torturada, siempre termina cantando la verdad que nosotros queremos. Hay que volver a valorar lo empirico, ya que los limites entre la informacion, la publicidad y la propaganda cada vez son menos claros...

Unknown dijo...

Peter,

Con el exceso de información que hoy en día sufrimos la única forma de procesarla parecen ser las estadísticas. Creo, sin embargo, que ahora hace falta volver a darle importancia a la palabra y a la voz. Hoy hablan más las cifras que las letras.

Gracias por el comentario

omchamat

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