Gamberrismo sindical en la Mercedes-Benz

. sábado, 27 de octubre de 2007

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Por F. Xavier Agulló. Hace unos días me dirigía en metro leyendo documentación para preparar una reunión cuando de repente un gran estruendo me inquietó al llegar a una estación. El andén estaba lleno de personas con carteles, gorras, adhesivos y... especialmente, silbatos chillones que no paraban de pitar.


Mi sonrisa inicial de complicidad para con su lucha obrera por el cierre de la planta de Barcelona pronto quedó marchita al darme cuenta que pretendían subir al tren... con todo ese alboroto... Y efectivamente, aún dentro del tren seguían pitando y gritando... Fue insoportable.

Después de aguantarles durante una decena de estaciones, me predispuse a bajar. Al estar ante la puerta me di cuenta que también pretendían bajar. A ello, un trabajador que estaba junto a la puerta y a mi lado animó al resto: "¡poneos los tapones que bajamos!". Claro, entonces me di cuenta que la mayoría llevaba tapones en los oídos...

No pude evitar decirle "lástima que yo me los olvidé en casa", y detestar profundamente su forma de manifestarse a través de causar molestias -en este caso extrema al provocar dolores de cabeza a la mayoría de quienes ahí estábamos-.

Recuerdo otras formas mucho más violentas, como la huelga salvaje en El Prat que dejó a miles de personas sin vacaciones (Los límites del derecho de huelga), pero aún así no sentí ya la más mínima solidaridad para con su causa, simplemente por su forma.

¿Es eso lo que pretendían?

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustaria verte a ti en esta situacion, posiblemente mataras... no pretendo que te solidarices con nadie, porque tu solidaridad ni sabes lo que es ni la conoceras jamas, 500 personas donando sangre, esas personas iban al Hospital clinico, porque la sangre da vida y Mercedes nos la quita, Mercedes y gente como tu que por encima de los intereses personales, priman los economicos y el bienestar personal, egoistas del 3 al 4

F. Xavier Agulló dijo...

Me parece de una extraordinaria originalidad la metáfora de dar sangre por la que os quita la empresa. Genial, de verdad. Pero esa originalidad no se correspondió con el silbato y el estruendo, ¿qué tiene que ver con la sangre? ¿No podíais, por ejemplo, llevar pancartas e invitar la gente a donar sangre por la que os quita Mercedes y a la vez hacer un acto solidario? Molestar la gente no es la forma, la idea era buena, pero en la ejecución final de la campaña falló un elemento. Suerte en vuestra lucha (como le comenté finalmente al de la puerta del metro, lo cortés no quita lo valiente).

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