Creyentes y no creyentes de la RSC

. sábado, 3 de marzo de 2007

9CRIS

Por Cristina Almirall. Los tiempos están cambiando y las necesidades del entorno están empezando a exigir que la dirección empresarial empiece a formarse en una materia que alguien ya ha etiquetado como una moda que pasará.

La responsabilidad social empresarial tiene a las empresas divididas entre creyentes y no creyentes de la RSC. Por de pronto, deberían de saber, que a medida que lea este artículo se irán desarrollando programas, prácticas y nuevas oportunidades para la RSC y que, por sorprendente que parezca, existen ya hay algunas empresas creyentes de la RSC (28 de 35 compañías del Ibex 35) que han decidido impregnar toda su organización y crear una nueva función en sus empresas integrada en la dirección de responsabilidad corporativa, a quien se ha cedido la gestión diaria de los temas de responsabilidad social.

Está claro que sin entrar a discutir si es una moda o no, muchas empresas, grandes y pequeñas, han despertado sus consciencias al entorno social, laboral y medioambiental y han reconocido en la RSC un valor estratégico diferenciador capaz de aportarles ventajas competitivas puesto que, afirman, les da un valor añadido tanto a nivel interno como externo y les aporta personal más motivado, además de abrirles a nuevas oportunidades y clientela para su desarrollo empresarial. Ahí es nada.

La situación de la responsabilidad social está cambiando a pasos agigantados y cada vez hay más empresas que saben que la RSC es una nueva herramienta de gestión empresarial que les ayuda a desarrollar de modo equilibrado la organización, influencia su posicionamiento en el mercado, y les abre a nuevos mercados más exigentes que tienen en cuenta en sus compras si la empresa desarrolla o no prácticas de este tipo. Estos clientela fiel ha hecho aumentar en algunos casos su productividad.

Pero como sabrán la RSC no es una materia sencilla, puesto que debe suponer el conocimiento multidisciplinar de muchas materias y una creencia acérrima en ella, puesto que ésta sólo exige sinceridad y si se la traiciona ésta se vuelve en contra de la empresa .

La empresa que ha encontrado en la RSC una herramienta de gestión empresarial y que sabe que ésta debe integrarse de manera coherente y equilibrada en todos sus departamentos de la empresa le está sacando un provecho excepcional. Ha decidido integrarla en las áreas de dirección, RRHH, compras, calidad, marketing, comunicación, finanzas, desarrollo corporativo, entre otros, y la utiliza como recurso de eficiencia y de planificación estratégica.

Como todo tiene su talón de Aquiles, sucede que como la RSC no es una materia sencilla, además de exigir un conocimiento multidisciplinar, exige un alto grado de capacidad para integrar en los valores y misiones de la empresa y para transmitir a todo el equipo en responsabilidad social, capacitándolo en este sentido, y a asegurándose de que la visión y misión debe de ser compartida por todas las personas. Este requisito obligaría a la dirección empresarial a consolidarse como líder carismática, o a desarrollar, si no lo tiene, un perfil laboral en la empresa específico para este tipo de tareas.

Ya me despido, pero antes recuerden lo que les dije al principio: que mientras leían este artículo se estaban llevando a cabo iniciativas de RSC y minuto a minuto, aunque sea fin de semana, están aumentando el número de prácticas y experiencias en este sentido. Porque la RSC ya no descansa, y quines se inicien en ella y pretendan que su equipo conozca lo que significa podrán empezar por preparar programas de formación, seminarios de difusión y talleres, y podrán hacer un esfuerzo por conocer cuáles son las plataformas y redes que existen en su entorno, cuales los recursos y las infraestructuras para llevar a cabo iniciativas de RSC y poder intercambiar experiencias y buenas prácticas. Como ve las posibilidades son diversas: el departamento de RRHH puede desarrollar programas de conciliación de la vida personal y laboral, de voluntariado empresarial, de promoción de acciones de tipo social en colaboración con alguna organización no lucrativa, puede plantearse desarrollar códigos de conducta, memorias sociales o de sostenibilidad, programas de fomento de la diversidad y la no discriminación e integración, fomentar un consumo responsable, adquirir bienes o servicios de entidades sin ánimo de lucro y centros especiales de trabajo, comprar de manera responsable a empresas proveedoras mediante cláusulas sociales de contratación, asesorar sobre el buen gobierno, gestionar los riesgos, innovar teniendo en cuenta variables medioambientales y sociales, patrocinar proyectos sociales y medioambientales, gestionar la imagen y la transparencia, asesorar en programas de publicidad responsable, gestionar sistemas de calidad o medioambiente, etc.

Ante lo expuesto ¿Es usted creyente o no creyente de la RSC?


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3 Comentarios:

ROSA dijo...

Creyente, por supuesto.
Estoy muy de acuerdo en que los pasos que se dan son agigantados pero... son certeros?

Creo que ahí tenemos tod@s que ser capaces de generar el debate (inherente a la RSC) que nos lleve al camino más acertado!

F. Xavier Agulló dijo...

Que duda cabe un poquitín de creencia es bueno, siempre ayuda. Pero es cierto que demos hacer atractiva la RSC entre las empresas no creyentes para 'bautizarlas'. Ello no implica inventarse nada, sólo significa hacerles ver la realidad y poner sobre la mesa las evidencias. En palabras tuyas Rosa, el 'camino' verdadero.

Anónimo dijo...

Estimada Cristina, aunque entiendo el sentido de lo que quieres decir cuando haces esa última pregunta de tu intervención, me gustaría alertar de un cierto peligro que corremos cuando contemplamos la RSC casi como una cuestión de fe.

¿ Le preguntaríamos a un empresario, crees en el marketing ? Evidentemente no, cuando el 80 % de sus decisiones están relacionadas con esta materia,
Otra cosa es que sepa o no sepa utilizar adecuadamente las herramientas que nos proporciona el marketing.

Lo mismo ocurre con la RSC , como dices de manera muy acertada en tu artículo, es una herramienta de gestión empresarial que aporta muchas ventajas a las empresas, es solo cuestión de que aprendan a manejarla adecuadamente.
Por ponerte un ejemplo, la estrategia de los “ océanos azules “ es lo que podríamos llamar una estrategia responsable, es decir la búsqueda de mercados no explorados donde no hay tantas turbulencias competitivas y donde probablemente salgan ganando la empresa, los trabajadores, los consumidores, la comunidad, etc y no digamos si esos océanos azules se encuentran en lo que se ha venido en llamar la “ base de la pirámide “ como por ejemplo la empresa Unilever que prevé para el 2010 que el cincuenta por ciento de su facturación provenga de segmentos de población de bajo nivel de ingresos en países en vías de desarrollo. ( En otro momento hablaremos más en profundidad de las estrategias responsables )

Por este motivo, los que de alguna manera tenemos relación con la RSC, ya sea como gestores o consultores, debemos tener cuidado con que no se relacione esta actividad con una corriente ideológica de algunos que se les ha despertado de repente una serie de valores éticos, morales, sociales y medioambientales y que , eso sí, mediante argumentos contundentes, quieren hacer llegar su doctrina hasta los más recónditos polígonos industriales. No dejemos que ocurra lo mismo que ha pasado con la ecología y el medioambiente que a pesar de tener una base incontestable, su difusión e implantación se ha visto ralentizada durante décadas por ser, en ocasiones, canibalizada por corrientes o movimientos de intereses poco claros.

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