Emprender con responsabilidad

. miércoles, 6 de febrero de 2008

Por F. Xavier Agulló. A raíz de esta noticia, Fundación Lealtad informará a jóvenes empresarios sobre propuestas solidarias de ONG, he recordado como a principios de los años noventa, como pasa el tiempo, tuve el placer de participar de una iniciativa para impulsar el emprendimiento en mi comarca natal. El proyecto no cuajó, quizás éramos demasiado jóvenes e idealistas con poca praxis, pero sí recuerdo como uno de los cuatros pilares sobre los que sosteníamos el proyecto era la ética empresarial, que es como por aquél entonces se llamaba lo que ahora es RSC en un sentido más amplio.

Emprendimiento no significa orientación sólo a negocio cortoplacista. Recuerdo a lo largo de estos años como he podido asesorar a emprendimientos y he visto repetida la oración "bastante trabajo tengo con salir adelante", ante cualquier planteamiento de tipo ético. También hay quien, aún profesando una profunda ética personal, en lo empresarial postergan las acciones a 'tiempos mejores' o a cuando 'seamos mayores como empresa'.

Asociar RSC, o ética empresarial, da igual, a proyecto empresarial maduro o consolidado no es claramente la visión adecuada. Y lo digo con perspectiva. Tampoco puedo afirmar que los proyectos que no han asumido la RSC en su estrategia de core business hayan fracasado… o no todavía. Pero tampoco han fracasado los que sí lo han hecho.

Porque la clave no estriba en si es o no es ‘rentable’ la RSC, así en genérico, sino en si está alineada o no con la estrategia corporativa, como cualquier otra decisión estratégica o de gestión. Si un proyecto empresarial nace con alma social, con RSC, es probable que consiga más compromiso de su personal, que consiga adhesiones del entorno social o público y que consiga una rentabilidad sostenible.

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