Economistas sin avales ni garantías

. jueves, 21 de febrero de 2008

Por Cristina Almirall. Les haré una pregunta que me hicieron el otro día a ver qué tal se salen. ¿Qué empresario o empresaria actual admiran? Les confesaré que a mi no me fue demasiado bien con la respuesta, porque me quedé un buen rato en blanco. Calma, me dije, que aunque parezca una pregunta fácil de responder, sinceramente y en los tiempos que corren no es que sea demasiado sencilla. Les diré que después de reflexionar y perder mi mente entre innumerables nombres del empresariado conocido, me fui directamente a nombres influyentes pero no demasiado ejemplares. Y luego zas! Por fin recaí en la cuenta que de siempre he admirado al economista bengalí Muhammad Yunus, premio Novel de la Paz del 2006, creador del microcrédito y fundador del Banco de los Pobres (Grameen Bank), por ser capaz de llevar a la práctica una utopía; por la que multitudes acabaron tildándolo de otro “soñador” que cree que la erradicación de la pobreza es posible.

Hoy, después de 40 años, el Banco de los Pobres, se ha convertido en un Banco a imitar por muchas entidades financieras de todo el mundo y su creación, pequeñas cantidades de crédito, ya han logrado financiar los sueños empresariales de millones de personas excluidas, que de otro modo hubieran tendido muy complicado crear su propia empresa.

Todo empezó cuando después de una catástrofe natural este “banquero de los pobres” ofreció de su bolsillo el equivalente a 32 dólares americanos a 42 personas que vivían en una pobre aldea de Bangladesh, para que pusieran en marcha su propia microempresa. El producto, desarrollado desde entonces con éxito en el Tercer Mundo, saltó posteriormente a Occidente.

A España llegó, como era de exigir, de la mano de las Cajas de Ahorro, porque las Cajas, atiendan aquí, no tienen ánimo de lucro, y carecen de accionistas, su objetivo es la intermediación financiera y la prestación de servicios con el fin de servir a la sociedad y devolverle los máximos beneficios generados por su actividad, sin que personas o entidades fundadoras, administradoras o gestoras tengan derecho a participar de ellos.

En nuestro país el microcrédito se define como un préstamo de una pequeña cantidad de dinero a personas excluidas del sistema financiero que no tienen acceso a las vías de crédito convencional (mayores de 45 años, parados de larga duración, familias monoparentales, mujeres, jóvenes, inmigrantes, personas con discapacidad...) que quieran constituir su pequeño proyecto de negocio, con el objetivo, claro está, de que funcionando, además de aumentar su autoestima y confianza les provea de una cantidad regular de ingresos mensuales.

En términos financieros, los microcréditos financian hasta un 95% de la inversión y van de los 3.000 a los 25.000 euros, con un tipo de interés (cuestión duramente criticada por incontables por el ánimo de lucro que parece desprenderse por su rentabilidad) del 4% y el 6% TAE, pudiendo retornarse entre 3 y 5 años, y optarse a una carencia de 6 meses, esto sí, sin comisiones de apertura, estudio, ni disponibilidad.

En el 2001, Caixa de Catalunya fue la entidad pionera en poner en marcha los microcréditos, y desde entonces, ya ha concedido cerca de 1200 operaciones, de las cuales un 70% han sido concedidas, como era de esperar, y no por casualidad, a personas de origen no comunitario.
Un poco de datos: En España se considera que un 17 % de la población española está en situación de excusión, que el 95% de los microcréditos concedidos son pagados, mientras que un 8 % es considerado de morosidad, y que un 5% es irrecuperable.

Luego, un microcrédito es una oportunidad que supone una esperanza para salir adelante, pero también es una responsabilidad y un compromiso claro asumido personalmente con la familia, amistades y colegas, clientela,...quienes quieran. Pero también con la entidad promotora que evalúa la viabilidad del proyecto y con la entidad financiera que concede el préstamo.

Como saben crear una empresa supone no sólo tener una serie de motivaciones personales y profesionales y unas habilidades y conocimientos técnicos sobre el negocio, servicio y producto, sino también supone tener conocimientos fiscales, económicos, comerciales, etc.

De hecho, son muchos los factores que determinan el éxito de una empresa, y a veces las intenciones no son suficientes para evitar el fracaso. Por ello, es de recomendar que quien emprende decida buscar apoyos y se forme continuamente para reciclarse y estar al día.

Así, que puesto que poner en marcha un negocio requiere conocimiento del mismo, pero también habilidades emprendedoras personales, y conocimientos empresariales, es preciso, y más en este tipo de productos, que exista el apoyo de una tutoría que acompañe, oriente, asesore, de apoyo, y haga el seguimiento personal y profesional.

Porque poner en marcha una empresa supone fortaleza para mirarse en un espejo y verse hondamente las virtudes y los defectos; supone tener confianza en cada cual y hacerse preguntas sobre el negocio, y sobre lo que se cree necesita el resto, reconociendo las ventajas y los inconvenientes de éste; pero sobretodo, supone avanzarse a las contrariedades y saber poner los recursos y los medios necesarios para resolver y superar las adversidades.

Y porque en el mundo de los negocios todos los apoyos son pocos es necesario buscar muchos apoyos. Y como las personas a quienes se dirigen los microcréditos están en situación de riesgo, hay que considerar que seguramente necesitará más apoyos de todo tipo que otras personas. Esto es: necesitarán más servicios de asesoramiento, seguimiento y formación empresarial continua, más recursos humanos (tutores/as de sus proyectos) en los que amarrarse para que se sientan en compañía y guía, y sepan dónde orientarse en todo lo relacionado con el negocio pero también con su persona y sus familias. Se necesitan más servicios de apoyo que les ofrezcan, si lo requieren orientación profesional y psicosocial, o apoyo en sus trámites fiscales, económicos, financieros, jurídicos, inclusive de regularización de sus familiares, dándoles la posibilidad, se me ocurre, de ofrecerles un paquete o talonario integral de servicios para el núcleo empresarial y familiar de ayudas sociales y económicas.

Porque como digo todos los apoyos son pocos y hay que tener en cuenta que a veces a quien le es concedido un microcrédito es necesario ayudarle a devolverle los hábitos personales y laborales perdidos, ayudarle a motivarse recuperando el sentido de la responsabilidad, el compromiso y la constancia. De ahí, que desde mi perspectiva el éxito de un microcrédito no sólo consista en un apoyo economicista, sino también en un apoyo moral, humano y social, claro está, de quienes creemos en estas personas emprendedoras y sus sueños. Tenemos la responsabilidad de hacer todo lo posible para que sus sueños no sólo esto sean: sueños.

ALGUNOS MICROCRÉDITOS EXISTENTES:

1. MICROCRÈDITOS ICO hasta 25.000 euros al 5.5 %
2. MICROBANK DE LA CAIXA con dos modalidades: microcréditos sociales: de hasta 15.000 € para financiar proyectos de autoempleo promovidos por personas que padecen exclusión financiera y precisan asesoramiento para concretar y desarrollar su idea de negocio. Microcréditos financieros: operaciones de préstamo personal de hasta un máximo de 25.000 € que se dirigen a financiar pequeños negocios, promovidos por personas con recursos económicos limitados.
3. CAIXA DE SABADELL de hasta a 15.000 € al 5.5%.
4. FUNDACIÓ UN SOL MÓN de hasta 25.000 € al 6%, también con dos modalidades: financieros y sociales.
5. ACCIÓ SOLIDÀRIA CONTRA L'ATUR que facilita créditos con un tipo de interés del 0%;
6. FIDEM. Fundació Internacional de la Dona Emprenedora, que los ofrece a mujeres emprendedoras hasta 15.000 € al 5.5%

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