¿Para qué sirven las Memorias de Sostenibilidad?

. viernes, 7 de diciembre de 2007

Por Daniela Toro. Mucho se ha escrito sobre las ventajas que ofrece a una organización realizar una memoria de sostenibilidad. Sin que exista duda sobre los beneficios de este tipo de documento creo adecuado plantearse también su utilidad como herramienta de evaluación y comunicación desde una óptica crítica.

La memoria debe tener como objetivos comunicar a sus grupos de interés qué posición fija con respecto a temas que les son sensible a estos y por el otro lado debe dar fe de en qué medida se están alcanzando los objetivos trazados y compromisos adquiridos dando respuestas y sin ocultar información.

Sin embargo, estos dos objetivos por sencillos que parezcan no siempre logran alcanzarse. Varias razones pueden señalarse como causa. En primer lugar si la RSC no está bien enfocada y no es entendida de manera estratégica sino tan solo como un tema de imagen y reputación los documentos de rendición de cuentas no serán mas que publicaciones donde se narren las actividades sociales y ambientales que la organización ha realizado pero sin relación alguna al negocio y sin contrastarse con metas previamente fijadas.

En segundo lugar las empresas manejan mucha información pero no toda es material o prioritaria. Mucha de esta información es de interés únicamente interna y no necesariamente es la memoria el lugar para comunicarla. Para eso están otras herramientas como la Intranet, publicaciones internas, carteleras, etc. Por ello las memorias acaban convirtiéndose en documento extensos, llenos de fotos, de testimonios, de buenas intenciones y la información realmente relevante es escasa o queda relegada a un segundo plano.

Como tercera causa podría citarse la aparición de metodologías como el GRI que nacieron como herramienta de apoyo a este proceso y que han acabado por homogenizar e igualar todos los documentos entre sí haciendo de las memorias documentos rígidos sin poco espacio para la creatividad y para la búsqueda de formas propias de presentar y organizar la información.

En una jornada sobre informes anuales celebrada recientemente en Madrid un alto directivo de una de las principales auditoras de sostenibilidad comentaba que las empresas debían abrirse camino y fijar su propio modelo para reportar más allá del impuesto por estándares internacionales.

Es por ello que al igual que con las estrategias de Responsabilidad social cada organización debe darse a la labor de buscar la receta, la fórmula que se ajuste a sus peculiaridades, a su actividad, sus competencias y sus recursos. Lo esencial en un informe de este tipo es que cada grupo se vea reflejado y se de respuesta a aquellos temas que les afectan. Sin embargo, no por ello debe descuidarse el atractivo visual del producto final porque a fin de cuentas de nada sirve publicar información relevante si no capta el interés de quien la lee.

Digamos que el primer paso fue lograr que las empresas reportasen sobre su desempeño. Esto en cierta medida ya se viene logrando. Ahora el siguiente paso es buscar formas en que esa información pueda presentarse en formatos más amables y de fácil lectura que permitan encontrar el equilibro entre transparencia, materialidad e información certera y fiable sin por ello publicar documentos de más de 200 páginas. Un buen ejemplo a consultar es el informe de sostenibilidad 2006 de la compañía Shell que gracias a recursos informáticos ha logrado un documento físico de 40 páginas pero con la posibilidad de profundizar en muchos de los contenidos.

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