Un movimiento sénior después del movimiento obrero y el feminista

. martes, 23 de enero de 2007

Fuente: Microsoft Office OnlinePor F. Xavier Agulló. Después del movimiento obrero del s. XIX (en Europa, pues en Latinoamérica todavía estamos en ello) y del movimiento feminista del s. XX (bueno, que todavía también seguimos trabajando en ello), llega el movimiento sénior en el s. XXI. El colectivo de personas mayores de 50 años acostumbra a ser en la actualidad de los más discriminados, en especial en lo laboral, pero también en la sociedad a menudo es difícil que ocupen un lugar relevante.

Experiencia, equilibrio mental y conocimiento acostumbran a ser aspectos destacados en sus perfiles. En cambio, en muchas empresas siguen prefiriendo contratar a jóvenes (¿talentos?), claro está que para recortar costos con la excusa de requerir mayor capacidad de innovación.

Recientemente he tenido el placer de conocer a Josep Aracil, un emprendedor social del municipio de Premià de Mar (Barcelona, Cataluña) que ha impulsado EuroSenior, un movimiento de cambio para resituar a los y las séniors en el lugar que merecen. Y por objetivos pequeñeces las mínimas: convertirse en el principal grupo de influencia en la Unión Europea. Ahí es poco.

Del mismo modo que en otras épocas se luchó (o lucha en otros sitios) contra la discriminación económica y laboral, y contra la de género, ellos pretenden situar en primer orden de la agenda política internacional la lucha contra la discriminación generacional.

Y ello lo pretenden conseguir no sólo con elementos lúdicos o de atención sociosanitaria como es habitual hasta el momento, sino con propuestas activas de aprendizaje continuo, desarrollo de Eurosenior Centers locales para la puesta en común de experiencias, salas TIC de nuevas tecnologías para la comunicación entre séniors de distintas zonas y países, adopción como idioma común del globish (inglés simplificado de 1.500 términos), lanzamiento de una tarjeta Eurosenior que identifique al movimiento y facilite ventajas y servicios especiales, un banco de intercambio de tiempo, un portal on-line, obtención de fondos a partir de la cogestión de servicios públicos sociosanitarios delegados por las administraciones públicas, introducción de la liberactuación (en contraposición al simple voluntariado pues no es caridad sino ayuda mútua), priorización del papel de la mujer y la introducción de los emprendimientos sociales.

Y me dejo cosas. Todo ello muy práctico, pero no por ello ausente de ideología:

  • Pasar de una ética del trabajo a otra del juego creativo que requiere recuperar la ilusión y curiosidad propia de una segunda juventud
  • Pasar de una sociedad consumista basada en el tener a otra que lo sea del ser: "renunciar a ser el más rico del cementerio"
  • Pasar de una democracia representativa a otra participa en la cuál las decisiones se tomen por consenso

Estamos ante un nuevo movimiento. Démosle la bienvenida o, mejor dicho, recordemos que siempre han estado ahí.



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