Un Nobel de la Paz que mira al futuro

. domingo, 11 de octubre de 2009

Por F. Xavier Agulló. No es la primera ocasión en que un presidente estadounidense en activo recibe el premio Nobel de la Paz, ya sucedió en los casos de Roosevelt (1906) o Wilson (1919). También presidentes de otros países en activo como el costarricense Óscar Arias (1987) lo recibieron. Pero es cierto que es la primera vez que el instituto noruego lo entrega con tan poca labor hecha y con tanta sorpresa internacional.

Históricamente los distintos conflictos bélicos en el mundo han recibido prioridad en la consideración de la decisión, como parece lógico, como la primera y segunda guerras mundiales, Timor Oriental, el conflicto palestino-israelí (en dos ocasiones), Irlanda del Norte (también en dos ocasiones), etc.

Por otro lado en otras ocasiones, como con la entrega de los premios a Muhammad Yunus (2006) y Albert Gore (2007), se ha vinculado la Paz con aspectos como la pobreza o el cambio climático, respectivamente. En estos casos se ha optado en esencia por lo simbólico, aunque en el primer caso nadie en el mundo lo discutió, sí en el segundo.

El Nobel de la Paz para Barack Obama, que lleva sólo un año como presidente de los EEUU a diferencia de Roosevelt o Wilson (que llevaban más de 5 años), parece contener aspectos vinculados tanto al conflicto bélico como a lo simbólico. No hay duda que su antecesor en el cargo no fue precisamente un icono para la Paz, ni tampoco que la situación que estamos viviendo es de una guerra mundial encubierta. Es por ello que el instituto noruego ha apostado, dada la gravedada de lo que acontece, por entregar una medalla antes de la carrera, por si acaso ello puede ayudar a conseguir la Paz, pues realmente si en manos de alguien está, es de Obama.

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