Anti-Bolonia: Buscando responsables irresponsablemente

Por Juanjo Martí. Corren tiempos de revuelta, la juventud insatisfecha levanta un temporal de pintura, barricadas, muros y gritos contra un término, "Bolonia." ¿Qué nos estará pasando en esta, nuestra sociedad, para que adultos mayores de edad tengan como único recurso comportarse como salvajes? Si a defender valores y diálogo se trata, me posiciono en vanguardia y colaboro; pero se da el caso de que durante varios años he sido parte y testigo sobre cómo en los organismos universitarios de participación para el alumnado, la cuota de activismo era sobre el 5% en el mejor de los casos. Reflexionemos...

1. Se ha criado a una generación en un estado de bienestar, si lo quiero lo puedo tener. La universidad en España corresponde a un patrón de hijos a los que sus padres abancan en gran parte para llegar a ser alguien en la vida.

2. Se ha partido de base con unas premisas totalmente dependientes del mercado laboral: pocos abogados igual a grandes sueldos, como luego sucedería con médicos, ingenieros, telecos... Cuando ya son muchos, precariedad laboral y bajos sueldos.

3. No se ha fomentado en las escuelas una ciudadanía cívica, otro gran dilema; casi todos sabemos de las prédicas de los apóstoles, pero poco o casi nada de la gestión local, del dilema de la globalización y casi nada de técnicas de resolución de conflictos y participación social.

Podría seguir, pero lo resumiría diciendo que ha habido errores grandes en la formación de esta generación, que se divierte en un estado de prostesta colectiva cuyo final va a ser capitalizado por algún que otro avispado. Ahora tenemos un exceso de todo, porque aunque guiados por una visión etnocentrista debemos reconocer que somos muchos quisiendo tener todo lo que se puede comprar, y para ello hay que entrar en la rueda de mercadeo.

Yo pediría a esas juntas de anti todo, que hagan el favor de organizarse la cabeza, lean historia y si quieren una vida próspera, compren tierras y vivan de la huerta; que con sus alegrías y tristezas, da para comer.