La reforma del mercado laboral español y los elefantes rosas que vuelan

. lunes, 22 de febrero de 2010

Por F. Xavier Agulló. Ya a finales de los años 80 y principios de los 90 se habló en España que para superar la crisis había que "flexibilizar" (sic) el mercado laboral.

Ahora que estamos de nuevo ante una crisis, ¿por qué se vuelve con el mismo cuento? No nos engañemos: querer solucionar la crisis económica con eso, por más que lo diga el embajador de USA y el empresariado y organizaciones internacionales, es como querer hacer volar un elefante rosa. No sólo no vuelan, sino que además no existen elefantes rosas, y en definitiva, aunque volara, ¡de qué serviría!

No podemos estar mirando a primeras de cambio siempre a medidas cortoplacistas que lo único que han hecho es ahondar en el empobrecimiento global de la población y la mayor desigualdad en la distribución de la riqueza. España es ahora menos equitativa que hace 20 años, aunque sea globalmente más rica.

La cuestión no es qué se debe hacer ahora, sino qué no se ha hecho durante los últimos 20 años. Ya se lo digo yo: tres chorizos caballeros andantes, de nombres González, Aznar y Zapatero, han creado un reino con castillo-capital en las nubes (por ahí por donde el elefante rosa), una burbuja especulativa como pocas en el mundo, y no precisamente financiera como en el resto del globo, sino inmobiliaria.

La economía productiva ha sido lo que menos ha primado en la economía española de la mano de estos tres chorizos caballeros andantes. Sólo importó que sus amigos se llenasen los bolsillos, la economía creciera rápido, se crearan puestos de trabajo ficticios y se fomentara el consumo de las familias con tipos de interés bajos y cultura del despilfarro a la "marbellesa".

¿Consecuencias? I+D por los suelos, mano de obra poco cualificada, medio ambiente al borde del colapso y estructuras de cobertura social en desmembración. En fin, lo mismo de siempre.

Mientras el nivel del agua ha sido alto, nadie se preocupó por las rocas amenazantes de abajo, y a vivir todo el mundo del cuento. Y la solución, ahora, está clara: un elefante rosa volando.

Pero no nos engañemos: si hemos tenido a tres chorizos caballeros andantes, es porqué cada quien aspira también a ser un chorizo o una choriza. Para eso sólo hay que ver las multitudes que se echan en Navidad a comprar lotería. Lo que sea con tal de no tener que trabajar.

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