La llamada a la cooperación de la Unión Europea

. viernes, 30 de septiembre de 2011


Por Cristina Almirall. Que el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo es cierto a tenor de los efectos económicos, políticos o sociales de los últimos acontecimientos mundiales.

Es un hecho que la situación actual de crisis global está golpeando con fuerza contra la Unión Europea. Sin embargo, la crisis galopante y la falta de confianza interna de la Unión Europea, y de cada uno de sus países, hace más complicado, que la UE y sus miembros, sean capaces de encontrar soluciones para hacer frente a la coyuntura económica, política y social actual.

La Unión Europea necesita volver sí o sí a sus orígenes. Para progresar, necesita volver a sus fundamentos cooperativos y de organización por la que fue creada.

Mientras, la eurozona está al borde del abismo y ni las inyecciones al sistema bancario, ni los fondos de rescate, han convencido a los mercados financieros ni a las agencias de calificación, que han aumentado la presión en todos los sentidos.

Tristemente el riesgo de quiebra de Grecia y las crisis que azota toda Europa y en especial Italia, España y Portugal, podrían tener unas consecuencias políticas y económicas imprevisibles y devastadoras.

Ante este temor los cargos con responsabilidad política y económica están buscando con celeridad la solución y ya suenan palabras tan opuestas como federalismo y defensa de los intereses nacionales, o mayor solidaridad y colaboración.

Ahora bien, lo que se ve y se siente es que la dirigencia europea dudan sobre qué camino deben tomar. Y ello, como ya comenté, no da confianza a los mercados ni a las agencias de calificación. Confianza que por otra parte no sé si acabaría por apaciguar las aguas.

Parecería que mirando el panorama de la Unión Europea, ésta está falta de liderazgos claros y decisiones rigurosas fuertes y compartidas y de mayor cooperación.

Pues hasta hoy hemos visto ejemplos de intenciones de colaboración pero mejores comportamientos nacionalistas.

Así, es en este momento más que nunca los dirigentes de los países no deberían confundirse sino que deberían apostar por la toma de decisiones conjuntas, pues serán éstas las que darán más herramientas para hacer frente a crisis globales y nos dará mayor confianza en los mercados. Pero sobretodo nos ayudarán a prever y enfocar mejor el futuro.

Está claro que La UE necesita de una estabilidad política, económica y social que hace ya unos años que ha perdido y que el Pacto por la Estabilidad es el que dará el consenso necesario para continuar de manera equitativa y equilibrada.

A pesar de los pesares, la Estabilidad tiene que ver con la austeridad, con los ajustes, con la responsabilidad individual, con la responsabilidad de la Administración y con los recortes presupuestarios. Y también con la capacidad de generar empleo, los fondos de rescate, e inyecciones bancarias. Pero no sé si ya tanto tiene que ver con deteriorar la educación, así como su sanidad, además de reformar las pensiones, otorgar ayudas a quienes menos tienen y rebajar los derechos sociales...

Con la crisis griega, lo que se pone en entredicho es la organización de la unión a todos los niveles.

Lo que se evidencia es que hoy la UE está gobernada por una unión monetaria sin unión política ni ningún sistema claro de apoyo entre los países. Y también con un modelo social crítico basado en un Estado del Bienestar, que podría sufrir una transformación radical.

Me pregunto ¿Qué quedará de la zona euro dentro de un año si no empezamos a trabajar conjuntamente y concertadamente? ¿Por dónde aletea en estos momentos la mariposa?

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