El 15-M llega a las empresas

. sábado, 11 de junio de 2011

Por Cristina Almirall. Como las empresas no viven en una isla sino que están inmersas en la vida social y económica y en los sucesos que se den en su entorno, es evidente que el 15-M no las ha dejado impasibles, sino que ha dado un impulso a aquello que se estaba fraguando desde hace unos años: el modelo social empresarial.

Es un hecho que el cambio que se está gestando en las plazas de las ciudades y calles, está repercutiendo directamente en cada organización.

La ética empresarial está flotando en todas las piscinas.

Las empresas se están percatando que las personas son el centro de sus vidas, y que al cuidarlas y trabajar para ellas mejoran en productividad y competitividad. Además de su sentido organizativo y método.

En estas empresas sucede que todas las personas que se relacionan directa o indirectamente con ellas son colaboradoras, impulsoras de los cambios de la empresa, y motor de ella.
Estas empresas llamadas colaborativas, son lugares cómodos en los que se comparten saberes, conocimientos, experiencias y prácticas.

Ya lo hemos leído en muchas partes, por una parte está la plantilla, de otra la proveduría, de otra la clientela, y de otra el mundo que tenemos que cambiar a mejor.

El amor más difícil, el que se rinde hacia la humanidad.

Al fin hay mucho trabajo que hacer pero no para hacer en soledad, sino en compañía.

Algunas empresas están en el camino de la excelencia pero otras viene ya con modelos asamblearios, donde las voces de todas las personas cuentan. Por fin se acabó la unilateralidad. Ahora vamos a por la participación.

Ya estamos a por la repartición de los beneficios de manera global. Se acabó que una poca gente detente el poder y se distribuya el capital de la empresa.

Es de saber que las empresas tienen la libertad de ser creadas como se desee pero la nueva cultura de la participación, de la multilateralidad, está empezando a tomar fuerza en el conjunto de las empresas. Esto es la globalización sostenible. Y ésta ya está en las organizaciones y ha llegado para quedarse.

El cambio se está fraguando y poco a poco en las empresas se tomarán decisiones mediante el consenso de las personas que las conforman. Y la clientela y su satisfacción serán fundamentales. La opinión de todo el mundo será la base desde la que empezar a trabajar. Desde ellas se formarán y por ello cada una será diferente a la otra.

Atención, ya no es suficiente con la competitividad por coste y calidad de producto; sino que necesario serlo sobre la base de una gestión abierta, de escucha eterna y atenta, en la que la gente opine, hable y exprese sus opiniones. Así se puede lograr personas motivadas, orgullosas por pertenecer a un proyecto empresarial. Así se puede desde las empresas cambiar el mundo, haciendo de nuestro mundo un mundo mejor.

A partir de ahora habrán más empresas con modelos participativos y menos con modelos obsoletos unilaterales y jerárquicos.

En las empresas participativas los liderazgos son éticos y coherentes que facilitan el proceso, con una clara orientación hacia la satisfacción de la clientela que coordina y facilita el desarrollo de la organización.

Las iniciativas empresariales contienen una cultura muy fuerte de comunicación, que es transparente en tiempo real, y que genera la confianza que toda empresa necesita para que se respire un clima de libertad y transparencia.

A mi juicio, desde el 15-M ya no hay vuelta atrás en lo que se refiere a la adopción de modelos económicos. El 15-M dentro de la empresa ha de producirse ya, pero no con sentadas o acapampadas, sino de otro modo, porque no olvidemos que las personas siempre son las que cambiarán el mundo desde dentro y desde fuera. Ellas son las que tiene poder.

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