Por Rogelio Oré. En medio de otra “tormenta” de números rojos y ratios económicos, el presidente del Gobierno ha decidido asumir un papel más activo y conciliador, y se ha reunido ayer con el empresariado más importante de España. 37 barones de todos los sectores de la industria y el comercio han sido convocados/as a esta histórica reunión, realizada el sábado 27 en La Moncloa, con el objetivo de aunar esfuerzos en un momento donde la prensa habla de ataques de la especulación; de “estampidas de búfalos”.
José Luis Rodriguez Zapatero, según informan los diarios más influyentes como El País, El Mundo y La Vanguardia, se ha comprometido a acelerar y concretar la reforma laboral, la modificación del sistema de pensiones y la reestructuración del sistema financiero. Medidas todas destinadas a fortalecer a las empresas y en general a incrementar la inversión y las exportaciones del país.
Los momentos críticos como el que actualmente vive España demandan una respuesta integral, que vaya más allá de las meras intenciones. Un honesto y real compromiso de todos los sectores. Hemos visto reciéntemente como parte de los fondos que el gobierno de los EE. UU. destinó al gran rescate de grandes corporaciones financieras e industriales, acabó en los bolsillos de algunos personas ejecutivas poco éticas. La sociedad española no merece pasar por esta circunstancia.
La Responsabilidad Social Corporativa implica fundamentalmente: coherencia. “Más cuentas y menos cuentos” decía hace poco Alberto Lafuente, catedrático y presidente de Correos. La RSC necesita demostrar con hechos, que incluso en momentos críticos, constituye un bastión con el cual se puede gestionar exitosamente una organización. El presidente de MRW, contó alguna vez, que cuando su empresa pasaba por un momento dificil, casi insostenible; en vez de “tirar la puerta” la abrió a un nuevo modelo de empresa. Franquició el negocio y se asoció con su personal empleado. Creó pequeñas unidades de negocio que le permitieron seguir bregando y llegar a ser la gran empresa que hoy en día es.
La Responsabilidad Social demanda a todos los actores sociales no aprovechar el tiempo de las vacas flacas para chantajear o arrinconar a la parte débil. “Yo creo que debiéramos ser hombres primero y ciudadanos después” afirmaba Thoreau hace más de un siglo atrás. Que vigentes suenan sus palabras hoy, cuando necesitamos ser personas socias antes que contables; vecinas antes que vendedoras; sociedad antes que grupos. La RSC pues, tiene la gran oportunidad de traducir su teoría en actos. Necesita más que nunca estar a la altura del momento, de su sociedad.
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