Christian Felber - La Economía del Bien Común from ATTAC.TV on Vimeo.
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Christian Felber - La Economía del Bien Común
#RSEChat: Un año de ISO 26000, uso y abuso

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El fracaso del modelo de contrapartes en la cooperación internacional
El modelo imperante en el sector, entendiendo que siempre hay pequeñas variantes de entidad a entidad, es el que se llama modelo de contrapartes, por el cuál la ONGD capta fondos públicos o privados en origen e invierte en destino en desarrollo a través de entidades locales, las llamadas contrapartes.
Hay que señalar que la mayoría de recursos públicos y de ayuda oficial al desarrollo (AOD) se canaliza a su vez a través de estas ONGD, por lo que Tercer Sector y sector público aúnan sus esfuerzos en la mejora de las condiciones de vida en los países en desarrollo (o bien en ayuda humanitaria cuando hay desastres naturales puntuales).
En los años 70 fue cuando se acuñó (y calculó) la famosa cifra del 0,7%, cantidad que equivalía al porcentaje del PIB de los países 'ricos' que era necesario destinar a paliar los efectos de la pobreza y desigualdades en los países más 'pobres', y que ha servido durante 40 años para referenciar la cantidad que se pedía a los gobiernos que dedicaran a cooperación. Luego de estas cuatro décadas, sólo lo cumplen básicamente los cuatro países nórdicos, mientras que se ha multiplicado como mínimo por cinco la cifra real necesaria (se calcula que es necesario según las fuentes entre un 3,5 y un 6% del PIB de los 'ricos' para paliar la pobreza y desigualdades en el Mundo).
Es cierto que habrá quien afirmará que no podemos achacar este fracaso conjunto estrictamente a la cooperación internacional. Pero lo cierto es que ésta ha sido la vía por la que el sector público y el no lucrativo han vehiculado sus iniciativas dirigidas a ese nunca conseguido 0,7%. El aumento exponencial de la población y, especialmente, el capitalismo salvaje de los últimos 20 años (luego de la caída del muro de Berlín), han terminado por afectar el entorno de la cooperación internacional que, en cualquier caso, algo ha hecho mal a su vez.
Así pues entre el todo y el nada, yo me quedo en que una parte (yo creo que mayoritaria, pero dejémoslo en simplemente un punto medio) es debida a la mala gestión de la cooperación internacional. El modelo de contrapartes es ineficiente, burocrático, difícilmente verificable y perverso, pues se alimenta a menudo de la corrupción incontrolable en las entidades de los países destino. Y lo cierto es que nadie puede asegurar que los proyectos existan, pues a menudo simplemente un papel lo justifica. Todo ello sin que necesariamente medie mala intención, pero sí exceso de buenismo.
Cuando se abordan los retos del Tercer Sector se limita a aspectos superficiales o simplemente instrumentales, que lógicamente deben tenerse en cuenta, pero que no son la esencia de ningún nuevo paradigma. Así pues aspectos como las nuevas tecnologías (TIC), la capacitación, la transparencia, etc., son lógicamente importantes, pero no son la clave.
Pongamos un símil con el mundo empresarial: cuando una empresa busca internacionalizarse tiene en esencia, y para simplificar, dos vías, o bien busca contrapartes comercializadoras o bien se plantea operar directamente en la zona objetivo. Y lo cierto es que el ideal en la mayoría de casos es la segunda opción, pero por motivos normalmente de costos opta a menudo por la primera. Pero el auténtico símil sería con empresas de servicios y no de productos, que difícilmente actúan con 'contrapartes' (excepto con modelos como las franquicias).
Así pues, el que podemos llamar modelo de intervención directa en el Tercer Sector también existe, tal es el caso de una gran ONGD como Fundación Vicente Ferrer o una pequeña como Fundación privada Por una sonrisa en África. Estas entidades esencialmente lo que practican es tanto la captación en origen como la intervención en destino. Es cierto que ninguna entidad que trabaje bajo este modelo podrá decir que "estamos en 60 países", como gusta proclamar a tantas ONGD, pero sin duda lo hará con mayor profundidad que amplitud y, casi con absoluta seguridad, con mayor éxito. En el primer ejemplo la entidad actúa en la India, mientras que la segunda lo hace en tres poblados de Senegal.
Lo cierto es que el modelo de intervención directa parece mucho más efectivo. Este modelo incluye la apuesta por lo que más falta en el Tercer Sector, la colaboración entre entidades, y aboga también por la erradicación de otra lacra, los personalismos y lobbies (en general religiosos, pero no sólo). Va siendo hora que demos paso a la creación de redes de ONGD, e incluso de otros actores, ya sea en origen o en destino.
La creación de redes de ONGD en origen implica que las entidades trabajen colaborativamente en la captación de fondos (caso por ejemplo de Barcelona Acció Solidària, que con la Caravana Solidaria agrupaba a buen número de pequeñas entidades que hacían acopio esencialmente de enseres, maquinaria, alimentos y otros tipos de ayuda), incidiendo especialmente en la captación de fondos privados, ya sean particulares o empresariales. Resulta especialmente relevante que las ONGD sean capaces de aproximarse a las realidades empresariales, de modo que también las empresas puedan participar en el diseño de intervenciones acordes con sus objetivos estratégicos. Ello lleva implícito que el purismo ideológico de muchas ONGD, que perciben la empresa como su antítesis, debe ser limado con sumo cuidado, pero de forma incisiva. Sin fondos públicos, cada vez más escasos, el modelo actual de muchas entidades no puede sobrevivir, y si las empresas ya han dado un paso de evolución al integrar la responsabilidad social (RSE) en su gestión, también las ONGD pueden evolucionar integrando algunos aspectos empresariales.
Por su parte, la creación de redes de intervención en destino (p.e. la ONGD Umbele asegura que cada euro que recapta llega a destino, a través de una colaboración con una red de intervención ya existente en destino, la de las misiones en África) debe favorecer la generación de sinergias y evitar solapamientos, aunando esfuerzos en planificación en las zonas de intervención y fomentando los partenariados con actores locales. También en este caso la colaboración con proyectos de negocios inclusivos o de base de la pirámide, promovidos por empresas, puede formar parte de su agenda, así como la creación de empresas sociales que normalmente son más ágiles que entidades asociativas en el desarrollo de proyectos. Estas redes de intervención en destino se convierten en la práctica en operadores privados que deben colaborar con los entes públicos que gobiernan la región, territorio o comunidad.
Así pues las redes en origen puede agruparse para crear estructura propia en destino, o bien las redes en destino pueden buscar financiación propia en origen o bien colaborar con ONGD individuales o en red, o bien captarlo de fondos públicos.
La creación de redes enriquece el modelo de intervención directa y lo complementa. Y lo más curioso es que la mayoría de ONGD que actúan bajo un modelo de intervención directa obtienen la mayoría de sus fondos de donantes privados, y apenas canalizan AOD o recursos públicos (que acostumbran a situarse entre un cero y un 15% del total de ingresos), que si se destinara a este tipo de entidades (o redes de captación y de intervención) ofrecería una mayor seguridad de resultados para quienes contribuyen con sus impuestos a los recursos que los gobiernos destinan a cooperación internacional.
Este tipo de planteamientos, y si no en esta línea como mínimo con esta profundidad, son los que deberían proponerse en los múltiples foros y charlas sobre retos del Tercer Sector, y obviar otras cuestiones superficiales e instrumentales no finalistas que sólo tapan agujeros y para nada (r)evolucionan la cooperación internacional, como se ha comentado anteriormente.
En paralelo al cambio de modelo imperante en la cooperación internacional, sería preciso que los territorios, regiones o comunidades que quisieran recibir ayudas garantizasen una capacidad para generar efectos multiplicadores, a través de un sistema de gestión territorial formalizado, del mismo modo que se gestionan las organizaciones. Ello debería ser una exigencia para cualquier ONGD o agencia pública de cooperación internacional para la intervención en dichos destinos.
Un sistema de gestión territorial formalizado garantizaría la existencia de procesos de diálogo y cooperación entre los distintos actores de destino (públicos y privados), así como la existencia de mecanismos formales de gestión eficiente. Ello haría más efectiva y eficiente la cooperación internacional que, caso de que los destinos no pudieran desarrollar dichos sistemas de gestión, podría ser ello el primer paso de la intervención.
En resumen, pues:
1.- Dudemos de los modelos de contrapartes por su demostrada ineficiencia y, a menudo, perversión.
2.- Promovamos un modelo de intervención directa origen-destino.
3.- Generemos dinámicas de creación de redes de captación en origen y de intervención en destino.
4.- Establezcamos sistemas de gestión territoriales formales en los destinos para mejorar la gestión y transparencia.
5.- Avancemos del 'buenismo' a una visión más empresarial del Tercer Sector. Siga leyendo >>>
Fútbol, valores y sociedad responsable
El fútbol trasciende su dimensión estrictamente deportiva y aborda un eje principal de creación de valores en la sociedad, como lo hacen los medios de comunicación. Para construir una sociedad responsable es necesario disponer de actores que den ejemplo. El fútbol no da ejemplo por ejemplo cuando luce publicidad de casas de apuestas en sus camisetas, como ya abordé en su momento (¿Por qué se prohíbe publicidad de tabaco y alcohol y en cambio se permite la ludópata?), o cuando hace el trabajo de limpiar la cara sucia de una dictadura (Sandro Rosell: el Gran Dictador que hundió la reputación del Barça). Son casos donde claramente los intereses económicos se imponen a los sociales.
Como se acustumbra a citar, el fútbol "mueve pasiones", yo más bien diría que "crea valores". En este sentido es un buen ejemplo el del FC Barcelona con el estilo de juego que promovió el expresidente Joan Laporta y Pep Guardiola. El caso del Barça de Laporta-Guardiola se estudia incluso en escuelas de negocios, pero debería igualmente hacerse en escuelas infantiles y juveniles. Todo lo contrario al odio que transmite el entrenador madridista José Mourinho, un personaje que traslada sus traumas infantiles al terreno de juego con un estilo marrullero dentro y fuera del terreno de juego, como si de los Latin Kings se tratara.
A la hora de diseñar una hoja de ruta para una sociedad responsable, donde el empoderamiento de la ciudadanía es un pilar clave, el fútbol tiene un rol importante, ya no es sólo 'cuestión de hombres' (como afirma Mourinho), es un vector de empoderamiento en definitiva, como lo entienden tantas ONG como Tiempo de Juego en Colombia. Los clubes de fútbol como actores sociales tienen un rol primordial en la creación de valores responsables, que ayude a generar un ADN social altamente responsable y consciente.
Como inducimos del libro de Rosabeth Moss Kanter, World Class: Thriving Locally in the Global Economy, para construir una sociedad responsable se deben crear infraestructuras sociales como las tenemos físicas, pero también definir los 'imanes' de difusión de valores responsables. Los clubes de fútbol forman parte de esos imanes que requieren las sociedades responsables para desarrollarse y compartir el Amor universal entre quienes formamos parte de ellas. Siga leyendo >>>
El 15-M llega a las empresas
Por Cristina Almirall. Como las empresas no viven en una isla sino que están inmersas en la vida social y económica y en los sucesos que se den en su entorno, es evidente que el 15-M no las ha dejado impasibles, sino que ha dado un impulso a aquello que se estaba fraguando desde hace unos años: el modelo social empresarial.
Es un hecho que el cambio que se está gestando en las plazas de las ciudades y calles, está repercutiendo directamente en cada organización.
La ética empresarial está flotando en todas las piscinas.
Las empresas se están percatando que las personas son el centro de sus vidas, y que al cuidarlas y trabajar para ellas mejoran en productividad y competitividad. Además de su sentido organizativo y método.
En estas empresas sucede que todas las personas que se relacionan directa o indirectamente con ellas son colaboradoras, impulsoras de los cambios de la empresa, y motor de ella.
Estas empresas llamadas colaborativas, son lugares cómodos en los que se comparten saberes, conocimientos, experiencias y prácticas.
Ya lo hemos leído en muchas partes, por una parte está la plantilla, de otra la proveduría, de otra la clientela, y de otra el mundo que tenemos que cambiar a mejor.
El amor más difícil, el que se rinde hacia la humanidad.
Al fin hay mucho trabajo que hacer pero no para hacer en soledad, sino en compañía.
Algunas empresas están en el camino de la excelencia pero otras viene ya con modelos asamblearios, donde las voces de todas las personas cuentan. Por fin se acabó la unilateralidad. Ahora vamos a por la participación.
Ya estamos a por la repartición de los beneficios de manera global. Se acabó que una poca gente detente el poder y se distribuya el capital de la empresa.
Es de saber que las empresas tienen la libertad de ser creadas como se desee pero la nueva cultura de la participación, de la multilateralidad, está empezando a tomar fuerza en el conjunto de las empresas. Esto es la globalización sostenible. Y ésta ya está en las organizaciones y ha llegado para quedarse.
El cambio se está fraguando y poco a poco en las empresas se tomarán decisiones mediante el consenso de las personas que las conforman. Y la clientela y su satisfacción serán fundamentales. La opinión de todo el mundo será la base desde la que empezar a trabajar. Desde ellas se formarán y por ello cada una será diferente a la otra.
Atención, ya no es suficiente con la competitividad por coste y calidad de producto; sino que necesario serlo sobre la base de una gestión abierta, de escucha eterna y atenta, en la que la gente opine, hable y exprese sus opiniones. Así se puede lograr personas motivadas, orgullosas por pertenecer a un proyecto empresarial. Así se puede desde las empresas cambiar el mundo, haciendo de nuestro mundo un mundo mejor.
A partir de ahora habrán más empresas con modelos participativos y menos con modelos obsoletos unilaterales y jerárquicos.
En las empresas participativas los liderazgos son éticos y coherentes que facilitan el proceso, con una clara orientación hacia la satisfacción de la clientela que coordina y facilita el desarrollo de la organización.
Las iniciativas empresariales contienen una cultura muy fuerte de comunicación, que es transparente en tiempo real, y que genera la confianza que toda empresa necesita para que se respire un clima de libertad y transparencia.
A mi juicio, desde el 15-M ya no hay vuelta atrás en lo que se refiere a la adopción de modelos económicos. El 15-M dentro de la empresa ha de producirse ya, pero no con sentadas o acapampadas, sino de otro modo, porque no olvidemos que las personas siempre son las que cambiarán el mundo desde dentro y desde fuera. Ellas son las que tiene poder.
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¿Cómo se mide el valor de la RSC?
¿Pero…se puede medir el valor de la RSE?
Preguntando a expertos en el tema encontré una diversidad de respuestas, entre ellas la de Antonio Vives que con su estilo directo y preciso me respondió: "Es una pregunta que no se debe hacer, y si se hace no tiene respuesta adecuada", sin embargo me refirió información respecto a este tema la cual podemos encontrar en los títulos señalados en pie de página .
Definitivamente, el valor de la RSE esta relacionado con los beneficios que ésta representa no solo para la organización sino también para los grupos de interés. Adicionalmente, se trata de medir el impacto de las actividades de una organización no solamente desde el punto de vista económico sino de aquellos beneficios intangibles de la RSE, así lo señala Manuela Weber en su articulo “Revelar el potencial empresarial de la RSC: Cómo pueden las empresas evaluar los beneficios específicos de la RSC para la empresa” .
Por otra parte tradicionalmente se señalan como beneficios de la RSE la mejora de la imagen corporativa y la reputación empresarial, la reducción de costos de operación, el fortalecimiento de la capacidad de las organizaciones de reclutar y retener mejores empleados, fortalecimiento de la relación con la comunidad, fortalecimiento de la lealtad de los consumidores, mejora la calidad y la productividad, y aumento de la rentabilidad entre otros tantos.
Este lunes 09 se escogió este tema como centro de discusión del 5to #RSEchat en el cual contamos según información de Xavier Agulló con 19 personas que han seguido el chat, con un numero de tweets que ronda los 199.
Entre las principales conclusiones del #RSEchat caben mencionar:
-Como ya mencione anteriormente, el tema del valor de la RSE de sumo interés, no obstante se presta a confusión con la medición de la gestión
-El ejercicio de la RSE proporciona ciertos beneficios para las organizaciones y estas deben ser capaces de medirlos
- El valor de la RSE es el impacto positivo de las actividades tanto en la organización como en los grupos de interés, por lo tanto se debería hablar de valor compartido ya que no solo genera aportes a la organización sino también a los grupos de interés
- La definición de los impactos de la RSE permite el retorno de las acciones para la organización y para el núcleo del negocio
-Los indicadores sirven para medir el retorno de las inversiones acciones, sin embargo nunca seria una medición perfecta
-Se puede medir el valor de la RSE midiendo el impacto en las variables afectadas, ejemplo: Reputación
- El Benchmarking sin dudas es fundamental para conocer mejor los impactos de la RSE en un sector y mejorar la gestión
- Lo ideal sería que los indicadores para medir el impacto de la RSE fueran propios de la organización, pero por supuesto tomando como base los existentes
-Una medida importante es la creación de nuevas oportunidades de negocio procedentes de la RS y de la sostenibilidad
- La mejora de la sostenibilidad del planeta genera nuevas oportunidades tales como reciclado, eficiencia energética y otros
.-Dos aspectos a medir son la eficiencia y la reputación, la eficiencia se mide con indicadores y la segunda es intangible. La eficiencia es la mejora de la productividad, clima laboral, calidad, atención al cliente entre otras y la reputación es el valor de la marca, imagen, intangibles asociados, en cualquier caso eficiencia es igual a valor
-Una medida clara del valor de la RSE es el índice de la bolsa de valores de la inversión social. Las empresas más responsables están mejor valoradas por los grupos de interés y tienen mejores cotizaciones en la Bolsa
-Las oportunidades de negocio se consuman y producen buenos resultados financieros y por ende valor a los accionistas Siga leyendo >>>
GRI elimina los sellos de los niveles de aplicación
Así pues, cuando un reporte es enviado a verificación al GRI, se reciben una declaración (check statement) con el logotipo incluido.
Por otro lado ofrece un nuevo servicio para promover y difundir las memorias a través de su sitio web, que tiene un coste de 550 € (un 20% menos para Organizational Stakeholders). Sólo en el caso de disponer de la verificación por GRI, aparecerá el logo en el bánner o publicidad equivalente.
La detección de un mal uso, a conciencia o no, de los sellos ha hecho cambiar su política al GRI al respecto. Se pone así orden a la cuestión de los sellos GRI, que creaban además un cierto desconcierto entre muchas entidades declarantes así como para quienes leen las memorias, aunque también era un atractivo. Siga leyendo >>>
Lanzamiento de GRI G3.1, versión actualizada de la G3: novedades
Entre las novedades están el indicador LA15 en empleo, sobre la vuelta al trabajo y las tasas de retención después de la licencia parental, por el género. Se ha redefinido el indicador SO1, que se concreta más ahora en el porcentaje de operaciones con engarzamiento con la comunidad local en la ejecución, las evaluaciones de impacto, y los programas de desarrollo (antes era genérico).
También se añaden los indicadores SO9, Operaciones con importantes repercusiones negativas reales o potenciales en las comunidades locales, y SO10, Medidas de prevención y de mitigación aplicadas en operaciones con importantes repercusiones negativas reales o potenciales en las comunidades locales.
Finalmente también en derechos humanos se añaden HR10, Número total de incidentes de violaciones relacionados con los derechos de los pueblos indígenas y medidas adoptadas, y HR11, Número de quejas relacionadas con los derechos humanos presentadas, abordadas y resueltas a través de los mecanismos de reclamo formal.
Así pues, más que la incorporación de nuevos indicadores (en total cinco), vinculados con igualdad de género, respeto a comunidades indígenas y evaluación efectiva del impacto sobre las comunidades locales, se ha hecho la revisión de los requisitos en la mayoría de indicadores, definiciones y contenidos.
Documentos de interés:
Tabla comparativa sobre los cambios: http://dmtrk.co.uk/4J5-E67U-J3YTE-5FTYH-1/c.aspx
Hoja comparativa de cambios (se indica en azul donde ha habido cambios o incorporaciones): http://dmtrk.co.uk/4J5-E67U-J3YTE-5FTYG-1/c.aspx
¿Qué te parece el nuevo GRI G3.1? Siga leyendo >>>
Piqué versus la estupidez machista y homófoba que odia el Amor Universal
La criminalización de un acto de ternura entre dos hombres me causó vergüenza ajena: primero porqué encerraba claramente homofobia, pero por otro lado, y especialmente, porqué parece que la ternura y el Amor universal no formen parte del ADN del homo sapiens sapiens macho.
Ahora en pleno noviazgo como sabemos con Shakira, ese acto de este pedazo de hombre de la Nueva Era llamado Gerard Piqué, parece que todo aquello ha quedado olvidado y que fue una rara avis o casualidad. Poco o nada se ha dicho en favor de este futbolista y la importancia de la ternura entre hombres, como si todo quedara 'perdonado' por su noviazgo y ternura con la barranquillera. Y no he visto ningún titular del tipo 'Yo también me quedé traspuesto/a al ver la foto de Shakira y Piqué', más allá de la prensa rosácea habitual.
Queda mucho trabajo todavía por el poco tiempo que nos queda para merecernos una nueva oportunidad como Humanidad. Si algo va a ser esencial en la Nueva Era será el Amor universal, del que Piqué nos ha dado una lección con su coherencia. O la Responsabilidad Social Individual de cada quien incorpora este valor esencial o no habrá RS colectiva que valga.
El Amor universal es un valor transversal a personas y a empresas, a hombres y a mujeres (también hay mujeres machistas, en especial en ámbitos directivos), a gobiernos y a ciudadanía. Necesitamos muchos Piqué que sean capaces de 'amar' por igual a Ibrahimovic que a Shakira, con independencia de la orientación sexual de cada quien.
Y es que la masculinidad, tal y como se entiende hoy, es la culpable del precipicio en que nos encontramos como civilización. Necesitamos una nueva masculinidad en el marco de la RSC de la Nueva Era. Y cualquier organización que se precie o, al menos, que afirme que apuesta por la RSC, debe incorporar el Amor universal como valor intrínseco a su responsabilidad... o que calle para siempre.
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Nueva generación de indicadores GRI G4 para el año 2013
Por F. Xavier Agulló. El objetivo de la próxima generación de indicadores para el reporte de la Responsabilidad Social (RSC), GRI, es que muestre de forma integrada una visión financiera y no financiera (social, ambiental y económica), en lo que se llamará la versión G4. Los trabajos para un marco conjunto han empezado con la creación de un comité ad-hoc (International Integrated Reporting Committee, IIRC), y debería concluir con la presentación del borrador a lo largo del 2013, según fuentes del GRI. Pero es probable que los trabajos puedan demorarse, el CEO de GRI aseguró en Amsterdam que el objetivo era disponer de dicho marco en 2020.
En cualquier caso, a lo largo del 2011 veremos una revisión de la versión G3, a modo de consolidación en lo que se vendrá a llamar G3.1, donde los ámbitos de derechos humanos, género y otros rubros emergentes serán actualizados.
Será pues necesario para la versión G4 disponer de una visión global de las organizaciones para poder comunicar su desempeño financiero, económico, social, ambiental y gobernativo. Ello implicará cambios no sólo en las propias empresas, también entre los servicios de consultoría y auditoría, que deberán tener la cualificación multidisciplinaria adecuada.
Dadas las actuales corrientes de normativización en RSC, centradas especialmente en lo que reporting se refiere, harían bien los gobiernos de participar del proceso de definición de la versión G4, para obtener así un marco legislativo común en todo el mundo, y evitar la disparidad entre normativas nacionales a la hora de cumplir con la transparencia, y evitar así los problemas que han aparecido en el ámbito de la certificación de procesos. Siga leyendo >>>
Vale la pena la Responsabilidad Social? Análisis de los vínculos entre la RSE y la competitividad en los sectores industriales de Europa
El principal objetivo de este estudio fue encontrar y describir los vínculos entre la RSE y la competitividad en los sectores químico, textil y construcción y sacar conclusiones para las políticas públicas de RSE y las iniciativas sectoriales de RSE.
Mientras que muchos estudios se basan en informes de RSC, indicadores de sostenibilidad o estudios de casos, este estudio utiliza el conocimiento del sector por parte de expertos de los sindicatos y asociaciones empresariales en toda Europa.
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Fuente: Vienna University of Economics Siga leyendo >>>
Terra Madre Day
Por Daniela Mendoza Reynolds. Apoya el movimiento mundial Terra Madre Day proyecto concebido por Slow Food, fruto de su proceso de crecimiento, que hoy se basa en el convencimiento de que “comer es un acto agrícola y producir es un acto gastronómico".
Slow Food es una organización ecogastronómica sin ánimo de lucro que trabaja para promover una alimentación buena – por una dieta estacional fresca y sabrosa vinculada a nuestra cultura local; limpia producida con respeto por la salud del ambiente y del hombre; y justa con precios accesibles a quienes consumen y que aseguren a quienes producen a pequeña escala unos ingresos justos.
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La norma SGE 21 se expande por Latinoamérica a pocos meses vista de la ISO 26000
Por F. Xavier Agulló. Hay normas que por no estar emitidas por ISO tienen que ganarse su legitimidad. Ese es el camino que poco a poco va ganándose la norma SGE 21:2008 de Forética. En algunos escritos y ponencias todavía se asocia la SGE 21 a "norma española", cuando de hecho no está emitida por el ente normalizador español (AENOR) sino por una asociación sin ánimo de lucro, como sucede con la SA8000, la AA1000AS o la OHSAS 18001.
Estas últimas, no siendo per se "normas internacionales" (porqué no son de ISO) sí tienen el carácter de normas de ámbito internacional. La SGE 21 va camino de serlo, pero aún le queda.
Podemos ver su carácter internacional en lo relativo a formación. Si de la versión actual 2008 se han realizado en España un total de 8 cursos oficiales, en Colombia ya son 4 los impartidos. Luego le siguen Ecuador con 2 y Argentina, Costa Rica y Venezuela con 1. Por alumnado, ya más de la mitad es de Latinoamérica. Según datos proporcionados por Forética, del total de 255 personas formadas en la SGE 21:2008, 111 lo fueron en España (44%) y 144 en Latinoamérica (56%), que se distribuyen entre Colombia (71, un 28%), Ecuador (31, un 12%), Costa Rica (17, un 7%), Venezuela (14, un 5%) y Argentina (11, un 4%).
La presencia en Perú por el momento ha sido vía una charla académica, y en Chile hubo la que hasta ahora ha sido la única empresa certificada fuera de España (que no renovó la certificación a fines del pasado año).
También esta semana se ha concretado una importante iniciativa en lo que a formación en esta norma se refiere, y es el acuerdo entre Forética Argentina y CapacitaRSE para impartir un curso on line en la norma, que será también oficial a todos los efectos.
Pero uno de los grandes retos sigue siendo la entrada de la norma en el mundo anglosajón y en Europa.
¿Por qué hay pocas empresas certificadas en la norma SGE 21?
El hecho que en España sean apenas unas 60 las empresas certificadas, y que actualmente no haya todavía ninguna en Latinoamérica, no implica que la norma no interese, muy al contrario. El motivo lo podemos encontrar por ejemplo en el tipo de empresas certificadas: más de la mitad son PYMES. Es decir, a pesar que es una norma fácilmente asumible en cualquier país de Latinoamérica (aunque seguramente no por ejemplo en países musulmanes o en China, por cuestiones internas de la norma, que exige igualdad de género y respeto a los derechos humanos, aspectos que no existen en dichas zonas y países), la norma exige una asunción transversal en la empresa.
Si un determinado servicio o departamento de cualquier empresa puede certificarse en normas como la ISO 9001 o 14001, no es tan fácil con la SGE 21, pues se requiere para una certificación parcial el controlar todos los ámbitos de gestión (p.e. no aplica excluir de aplicación el capítulo 'Proveedores' por el hecho que se controle desde otro departamento).
Ello implica que en muchos casos las empresas no estén dispuestas a adaptar su sistema de gestión al que propone la norma. Me atrevo a decir que porque no creen realmente en la RSC, pero también es cierto que es más difícil adaptar un sistema de gestión de una gran empresa o de una filial de una empresa global.
¿Qué pasará con la publicación de la ISO 26000?
Todavía podemos oír comentarios al respecto como "cuando salga la ISO 26000 dejará de tener sentido", hecho que demuestra el poco conocimiento que aún existe de la SGE 21 en Iberoamérica. La publicación, en principio en diciembre de este año, de la guía ISO 26000 será una oportunidad. Si la guía nos define el "qué" es la responsabilidad social, cuales son las buenas prácticas que se pueden implantar, la norma determina el "cómo", es decir, los requerimientos y lineamientos necesarios para su implantación como sistema de gestión.
Por lo tanto, aunque a priori pudiera pensarse que la ISO 26000 va a quitar protagonismo al lento avance la norma SGE 21, creo que se producirá un efecto contrario, el de sinergia y suma y sigue. Ambas iniciativas se complementan a la perfección.
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Es clave compromiso empresa-empleado
Por Roxanys Paredes. Artículo de Roxanys Paredes Rivas en el diario venezolano Últimas Noticias de la conferencia de F. Xavier Agulló sobre el Nuevo Contrato Social a lo interno de las empresas.
Extractos: "...No hay industria responsable sin trabajadores responsables...", "...Lo que distingue a una empresa es la persona, por lo cual se debe encontrar un punto de encuentro entre la productividad y la calidad de vida...", "...se trata de una tarea de amor hacia las personas...", "..."Hemos olvidado los principios en que se basaba la familia..."
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La franquicia social
Por Leticia Rebeca Gasca. Diré una aparente locura: casi todos los grandes problemas de la humanidad han sido resueltos por alguien, en alguna parte. Lo frustrante es nuestra incapacidad para reproducir esas soluciones.
Y aunque también es importante apoyar las ideas innovadoras que pueden transformar el mundo, quizá deberíamos dedicar más esfuerzos a encontrar qué está funcionando en otros lugares, aprender de ello y adaptarlo a nuestra localidad.
Por ejemplo, qué están haciendo en otros sitios contra la desnutrición infantil, contra el desempleo, para mejorar la calidad de vida en las grandes urbes, etc. La meta sería reproducir, por ejemplo, los resultados de un exitoso programa de desarrollo social, pero no el programa al pie de la letra. No se trata de clonar organizaciones exitosas, sino de analizar de las mejores prácticas y adaptar ese conocimiento al contexto y a la cultura local.
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Iberoamérica: Entre la RSC genética noreuropea y la RSC filantrópica anglosajona
Por F. Xavier Agulló. Los valores de las sociedades configuran sus formas de hacer. La RSC, que como tal no nació precisamente en Iberoamérica, en la Europa y América latinas, ha tenido que ser adaptada a nuestro entorno cultural, y no siempre se ha hecho coherentemente.
En sociedades del centro y norte de Europa, donde el Estado siempre ha tenido un papel activo en la cobertura de las necesidades sociales proporcionando un estado del bienestar aceptablemente desarrollado, ha hecho que muchas empresas se hayan adaptado a una cultura que genéticamente contiene valores responsables. En gobiernos escandinavos la RSC depende más del ministerio e asuntos exteriores más que del de trabajo, economía o industria. Porqué les interesa más qué hacen sus empresas allende sus fronteras que no en su propio país, pues ya tienen una seguridad que la RSC forma parte del código genético. Las empresas han asumido responsablemente su rol dentro de dicha cultura asumiendo a menudo muchos retos más allá de las ya estrictas legislaciones vigentes.
En cambio, en sociedades anglosajonas como EEUU o Reino Unido, el Estado siempre ha sido menos intervencionista, por lo que ha sido el binomio empresa-comunidad el que ha fomentado una cultura de la protección 'voluntaria', acaso en la búsqueda de aquello tan anglosajón de perpetuar el nombre de la empresa o de la persona en el futuro. En una ocasión, cuando falleció la madre de una directora catalana de unas bodegas familiares en California, rápidamente le propusieron que para perpetura su nombre construyese una escuela o una nueva ala de un hospital. En fin, no en vano la entidad de referencia en Reino Unido de la RSC se llama Business in the Community.
En la Europa y América latinas, en Iberoamérica esencialmente, nos encontramos entre una y otra cultura. Cuando hemos querido trasladar la RSC genética noreuropea, en especial en la Europa latina pero no sólo, nos hemos encontrado con que no existe realmente una sensación de obligación moral o ética en la integración de la RSC en las organizaciones, de modo que las políticas sufren de faltas en su coherencia y estrategia, y no se ven compensadas con las coberturas que los estados proporcionan.
Por otro lado, cuando hemos querido adaptar la RSC filantrópica anglosajona, en especial en la América latina pero no sólo, su voluntarismo ha resultado en muchos casos en una simple fachada que no tenía correspondencia ni con las políticas hacia el personal ni con el core business. Simplemente es así porqué no existe el mismo código cultural y de valores en nuestras sociedades.
La RSC debe responder a los valores culturales de cada sociedad, sin resultar un simple trasplante de otros entornos culturales. La RSC llegó más tarde, pero acaso no hemos sabido adaptarla.
Hablando una vez con un experto latinoamericano, me comentaba que en España había observado atisbos de una forma distinta de concebir la RSC, una RSC que podríamos llamar gestionada o estratégica. Bajo esta óptica, dado que no tenemos la genética noreuropea ni la ética voluntarista anglosajona, la RSC debe adoptar la forma de una búsqueda de la excelencia en la gestión de las organizaciones. No es casual que haya sido en Iberoamérica donde ha nacido y ha tomado relevancia una norma de gestión como la SGE 21, que igual no es necesario en el norte y centro de Europa porqué su código genético sustituye a cualquier norma, ni tampoco en el mundo anglosajón porqué la relación entre empresa y comunidad es muy intensa y veraz.
Lejos pues de un simple trasplante, Iberoamérica requiere de una búsqueda de un modelo propio de RSC, acaso más basado en el hecho de buscar la forma en que ésta aporte ventajas a las organizaciones bajo una óptica de búsqueda de la excelencia, alineada con los objetivos de las organizaciones para ser sostenible en el tiempo, buscando un ganar-ganar con sus grupos de interés, donde todo el mundo gane y nadie pierda.
Para adoptar pues una RSC gestionada es bueno que:
1.- No pretendamos imitar a otras sociedades con códigos culturales distintos.
2.- Concibamos la RSC como algo que hay que construir, que no existe per se sino que hay que negociar con nuestros grupos de interés.
3.- Adoptemos esquemas de gestión de la RSC, ya sea basado en normas de gestión como la SGE 21, marcos de calidad total como EFQM o buenas prácticas de ISO 26000. La RSC tiene que aportar ventajas a medio y largo plazo.
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¿Muerte de la ISO 26000?
Por F. Xavier Agulló. Ya hace año y medio comentaba los peligros que tenía una ISO 26000 mal enfocada, por las confusiones a que se presta gustosamente y por el mal uso que determinadas entidades iban a hacer de ella.
Comentaba entonces como ya existían ofertas comerciales para certificar en una ISO 26000 que ni tan solo había nacido, ahora me pregunto si va a nacer muerta.
El caso más macabro hasta el momento en esta crónica negra en que se está convirtiendo la ISO 26000, y que ha venido a confirmar los malos presagios iniciales, lo ha constituido el ente normalizado español, AENOR, que en octubre de 2009 certificaba a Red Eléctrica Española (REE) en la 'norma' RS 10:2009 afirmando que se basaba en ISO 26000.
En general, una norma de empresa (como SA8000 o SGE 21) tienen legitimidad en la medida que son aceptadas por terceras partes. En cambio una norma ISO la tiene, teóricamente, por nacimiento, por ser emitida por quien la emite. Es cierto que en su momento también las normas ISO 9000 generaron allá por el final de los años 80 del siglo pasado controversias: la calidad no podía certificarse o formalizarse, se decía. Hemos visto que sí se podía, y de hecho también se puede formalizar o incluso certificar la RSC, el problema no reside en el qué, sino en el cómo.
También ahora una carta emitida por diversas cámaras empresariales internacionales sacó a colación el pasado mes de noviembre fuertes discrepancias no sólo con el enfoque, sino también con los malos usos. En concreto el mundo empresarial apunta, en resumen, las siguientes críticas a la guía que prepara ISO:
- Complejidad del texto, que puede obligar a contratar servicios profesionales externos para comprenderla o aplicarla.
- Orientación a gran empresa exclusivamente.
- Falta de diálogo con los grupos de interés, en especial los que mayormente se pueden ver afectados, como las empresas y más concretamente las PYME.
- Uso indebido para fines de certificación (como el caso de AENOR).
- No gratuidad del documento, a pesar de ser una guía social y no comercial.
Está claro que si es una guía no puede ser un documento complejo, ergo, si es complejo es porqué está siendo concebida (aunque sea inconscientemente) como 'norma' o por mentes normativizadoras. No es posible concebir una guía para empresas, principalmente, prácticamente sin contemplarlas a ellas en el proceso. Y lógicamente tampoco se puede dar pie, si no es certificable y así lo especifica en el texto, a usos indebidos para tales fines, sin hacer nada para atajarlo.
Creo que es necesario que exista un marco común para entender la aplicación práctica de la RSC en las organizaciones, y ese debería ser el papel de una guía, pero ciertamente no parece ir en esa línea.
En cualquier caso, lo que me ha hecho pensar en la posible 'muerte' de la ISO 26000, antes de nacer, no es tanto todo lo anteriormente apuntado, sino el hecho de que me pregunto... ¿alguien sabe para qué va a servir la ISO 26000? Siga leyendo >>>
Economistas en desprestigio por la RSC
Por F. Xavier Agulló. Me ha parecido interesante una reflexión en el periódico La Vanguardia (La década en la que cayó el poder de los economistas) sobre la caída del papel de la clase y profesión economista en el panorama mundial de la última década.
Si los años 80 del siglo pasado significaban el cénit de las ciencias económicas y las finanzas (de esa época es el film 'Wall Street' con Michael Douglas) y en el ámbito empresarial emergía la gestión de la calidad, los años 90 fueron la década de la conciencia ambiental tanto en el ámbito político como el empresarial. Y parece que la primera década del s. XXI lo ha sido, en palabras de Barack Obama, de la responsabilidad... y añado 'social'.
Porqué los modelos economicistas y financieros han dado lugar a una concepción más sociológica del mundo, no todo se puede explicar con gráficas y números. Ello nos lleva a pensar en cuantas veces hemos tenido que justificar la RSC en base a la visión economicista: "vale, vale, pero demuéstreme que eso de la RSC es rentable para la empresa o sociedad". La sociología, la psicología o la antropología no miden la 'rentabilidad' bajo el mismo baremo.
Personalmente siempre me ha sido costoso definirme como 'economista', seguramente porqué siempre me ha interesado más la parte sociológica de mi profesión, que no es la que mayormente se asocia a la misma. La teoría económica e incluso las finanzas se me antojan pobres, como modelos teóricos de laboratorio que requieren para sus fines de modelización de la realidad a partir de la simplificación, con una consecuente reducción del número de variables que se contemplan.
Entre otros aspectos, ni teoría económica ni finanzas contemplan el diálogo social como fuente para la obtención de información de base para la toma de decisiones. El diálogo participativo con los grupos de interés, base de la RSC, es el pilar de lo que se nos viene en adelante.
Ello se traduce en una actuación más basada en el diálogo que en la modelización de laboratorio, en la comprensión más que en la proyección. La RSC está cambiando la forma de ver el mundo, se nos presenta como la base sobre la que gobernar el mundo que viene. Porqué la RSC aglutina gente procedente de todos los campos, también el economista, es pues un puente que nos permite caminar entre dos orillas sin perdernos en simplificaciones o excesos incomprensibles.
La RSC será el motor del cambio, o no será.
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La letra con risa entra
Por Leticia Rebeca Gasca. Hace un par de semanas asistí a un Summit de Cambio Climático. Fue un claro llamado a actuar por la conservación del planeta, y sin duda, la información que se presentó fue muy interesante, pero algo faltó: no escuché ni una sola risa en todo el evento.
Por algún motivo, no asistió al evento el o la ponente que emplea el sentido del humor y dice bromas durante su presentación. De hecho, en algún momento me dieron ganas de levantarme de mi lugar y mostrarle al público Fart Neutral, uno de los mejores y más originales sitios de Internet para crear consciencia acerca del cambio climático.
Y es que si hay algo que he confirmado durante las épocas intermitentes durante las que he dado clases (si, hasta de maestra la he hecho), es que es más fácil aprender cuando la gente se divierte.
El sitio Fart Neutral, retoma algo que algunas personas dicen medio en serio, medio en broma: nuestras flatulencias contribuyen al cambio climático, ya que éstas se componen en su mayoría de dióxido de carbono y metano (gases causantes del calentamiento global).
Otro excelente ejemplo que demuestra que es más sencillo y efectivo aprender cuando es divertido hacerlo es The Fun Theory, un fabuloso proyecto patrocinado por Volkswagen, que logra el cambio de hábitos al invitar a la gente a jugar.
Así que si quieren probar que “la letra con risa entra” vean los siguientes videos. A mí, siempre me sacan al menos una buena sonrisa.
Publicado en Blog Responsable MÉXICO
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Libertad y Responsabilidad
Por Roque Morán Latorre. La búsqueda incesante del ser humano por el éxito es análoga al esfuerzo por lograr su felicidad, éste puede ser un concepto inequívoco, como éxito y felicidad podrían ser términos homónimos; mas, para cada ser humano, esas metas pueden ser distintas. ¿Qué significa entonces “éxito empresarial”? “No puede haber empresas exitosas en sociedades fracasadas” es una célebre máxima que nos invita a reflexionar, a observar con gran expectativa, si el uso de la libertad de las personas, del empresariado pequeño, del mediano y del grande, de la ciudadanía común y, sobre todo, de las y los líderes, está en clara coherencia con el ejercicio de su responsabilidad personal. La llamada responsabilidad social no es más que la realización tangible del uso de la libertad, pero con responsabilidad, que surge del ser humano privilegiado con valores trascendentes.
Si alguien logró hacer una profunda y clara analogía entre libertad y responsabilidad, fue el austríaco Viktor Emil Frankl (1905-1997), médico neurólogo, siquiatra, sobrevivió al holocausto judío; creó la Logoterapia, denominada la tercera escuela vienesa de psicología; escribió más de 30 obras, traducidas a cantidad de idiomas, diseminó cursos, conferencias y cátedra por todo el mundo y se hizo merecedor a 29 doctorados Honoris Causa por prestigiosas universidades. Su pensamiento trascendió las tendencias de sus antecesores Freud y Adler, al convertirse involuntariamente -él mismo- en un conejillo de indias de su Logoterapia y comprobar, por experiencia propia, que resultó totalmente atinada. Su vida -si es que la podemos llamar así- en los desalmados campos de concentración de Auschwitz y Dachau fue su auténtico y dramático laboratorio, nada igual, para dar forma y madurar su creación intelectual que le guió, entre muchos aspectos, hacia una certera comprensión del significado del dolor y del sufrimiento de los seres humanos y a poder explicarnos que, si bien es cierto que nuestra psicología se manifiesta por las propias vivencias pasadas, nuestro verdadero motor de vida, nuestras motivaciones, nuestra visión de futuro, nuestros objetivos del presente y del mañana, son factores determinantes en nuestra conducta personal, en el auténtico sentido de nuestra propia existencia, en nuestra razón para vivir.
Donde no existe responsabilidad la libertad es inservible. Sobre esto recuerdo haber leído, con vivo interés, la experiencia de una idealista mujer, Svetlana, ciudadana común pero de gran preparación académica y cultural –más de lo que le permitía su radical entorno social, político y económico- que sobrevivía en uno de esos países tras de la Cortina de Hierro, que soñaba con la ansiada libertad, en medio de un régimen totalitario extremo; apenas cumplidos sus treinta y cinco años de edad, fue testigo del derrumbamiento del comunismo y, por la oportunidad que le brindó la vida, pudo viajar lejos, a ejercer un trabajo seguro, bien remunerado, en uno de esos “grandes” países donde su ensueño había idealizado, como el paraíso, el ejercicio de la libertad.
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