Consumir productos ecológicos es una cuestión de principios y prioridades

. jueves, 24 de mayo de 2012
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Por Cristina Almirall. Dicho de manera sencilla, la agricultura ecológica es un sistema de producción agrícola que proporciona a las personas consumidoras, alimentos frescos, sabrosos y auténticos al tiempo que respeta los ciclos naturales. De hecho, un total de 26 millones de hectáreas en todo el mundo se dedican a la agricultura ecológica.

En España, la superficie destinada a este método de producción es de más de 700.000 hectáreas. El 90% de las personas consumidoras españolas sabe que los alimentos ecológicos están libres de tratamientos químicos y que no perjudican al medio ambiente. Pero hasta hace poco estos productos de calidad no estaba al alcance de la mayoría de los bolsillos por el coste.

Ahora esta realidad va cambiando. Pero la cuestión, que se plantea entonces, y más ahora, es si comprar 1 kg de arroz ecológico más caro o comprar el convencional. Los alimentos tradicionales salen al mercado a precios demasiado bajos, muchas veces a costa de los productores, y su calidad es muy baja. Por su parte, los productores ecológicos tienen que hacer frente a ciertas dificultades, como los efectos de coexistencia con los cultivos transgénicos y el problema de adaptación de los términos «bio» y «orgánico».

Lamentablemente, por ley de oferta y demanda, en países como España todavía somos pocos la clientela que queremos comprar ecológico. Pero a pesar de esta realidad incontestable considero que podemos comprar alimentos ecológicos reduciendo otros productos prescindibles sin afectar a nuestro bolsillo. Y que al final, todo es cuestión de prioridades.

Hoy en día este tipo de productos se encuentran en lugares especializados y cada vez va aumentando en la gama de productos de los supermercados y de las grandes cadenas de supermercados de toda Europa. Así pues, se va facilitando el acceso y la oferta a las frutas y hortalizas, a la carne, a las aves de corral y a los productos lácteos, además de algunos nuevos productos ecológicos que se van incorporando en el mercado.

Ya sea por el atractivo de estos alimentos sabrosos y auténticos, o por el deseo de contribuir de forma activa a la protección de medio ambiente, a la mejora de los recursos naturales y al bienestar de los animales y de las comunidades rurales, el caso es que las estadísticas muestran cómo crece el consumo de estos productos. Se ha progresado tanto que de hecho ya se puede comprar comida directamente del productor y ecológica. Muchas cooperativas o empresas ponen a la disposición de la ciudadanía de una forma muy sencilla multitud de productos de calidad.

También se puede tener un huerto en casa, o disfrutar de uno urbano. Estos últimos están tomando cada vez más presencia en nuestras ciudades. Pero si el espacio que poseemos no es muy grande pero tenemos una pequeña terraza podemos tener nuestro propio huerto en casa realizando un espacio de educación ambiental y juego pedagógico. Fabricadas con madera de pino de primera calidad adaptada para exterior sin necesidad de barniz, característica que los convierte en idóneos para la agricultura ecológica. La estructura de estos huertos es robusta, estable y muy resistente. A tenor de lo dicho, consumir productos ecológicos es una cuestión de principios y prioridades, ¿no creen?

Más información: La agricultura ecológica se identifica con un logotipo europeo creado por la Comisión Europea en marzo de 2000. Este logotipo está compuesto por los términos «Agricultura Ecológica - Sistema de Control CE» [Reglamento (CEE) nº 2092/91 del Consejo] y tiene carácter voluntario. Según las condiciones establecidas, el 95% de los ingredientes del producto, como mínimo, se tiene que haber producido de acuerdo con métodos ecológicos. Siga leyendo >>>

¿En verdad necesitamos más "líderes sociales"?

. viernes, 11 de mayo de 2012
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Por F. Xavier Agulló. Además de muchos movimientos y entidades (entre ellas bancos) que promueven a emprendedores y líderes sociales, también nos encontramos con el mensaje de muchas universidades (en general de élite) que proclaman formar a líderes sociales para el futuro. Pero, ¿son líderes sociales lo que precisamos o personas empoderadas que puedan piensar por si mismas?

Es cierto que emprendedores o líderes sociales pueden generar un cierto efecto multiplicador con sus iniciativas. Pero es mucho mayor el que puede provocar toda una sociedad empoderada.

Aunque hemos aprendido a golpes que la sociedad se divide entre líderes y seguidores, entre gente rica y pobre, entre élite cultural y analfabetismo, lo cierto es que el mayor invento de la naturaleza, el cerebro, se basa en la interacción de múltiples puntos neuronales interconectados que, cada uno con su función, cumplen al mismo nivel con hacer funcionar el todo.

Nunca está muy clara la frontera entre líderes sociales y líderes empresariales. Si sólo contamos con líderes sociales, siempre habrá huecos que cubrir. En cambio, la globalidad de la sociedad es capaz de llevar a cabo un proyecto de revolución social que llegue al último rincón.

Pero para ello es necesario un ejercicio de empoderamiento global de toda conciencia humana, un ejercicio de elevar la responsabilidad individual o personal al rango de Organización de las Personas Unidas. Porque aunque muchos intereses nos intenten hacer ver que solos, que solas, no podemos, lo cierto es que sí podemos.

Por lo visto en los últimos años poco ha evolucionado la RSC, centrada en agentes que se promulgan como líderes para el cambio. Lo cierto es que la crisis financiera casi global nos advierte de que con ello no es suficiente. Sin una corresponsabilidad global de todos los actores, incluídas cada una de las personas que formamos este planeta, no es posible un giro social hacia el bienestar común.

Habrá quien piense que el empoderamiento global no es posible, lo cierto es que costaría mucho menos que la carrera armamentística, el rescate de bancos o enviar a seres humanos a Marte. Siga leyendo >>>

Practica transparente en el mercado

. jueves, 10 de mayo de 2012
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Por José Carlos Purizaca. Ser transparente en el mercado no sólo parte de una ley, sino que comienza del valor que le damos a la transparencia desde nuestra infancia, en la familia o en el colegio. Claro que siempre encontraremos personas que nos dirán que simplemente es un tema comercial, que cumplen porque una ley lo manda y nada más.

Prácticas responsables relacionadas al derecho a la información de las personas puede haber muchas, las cuales si bien se relacionan con lo señalado en el Código de Consumo peruano y en la Norma ISO 26000, considero necesario anidar primero en la razón de la empresa para cumplirlas debidamente.

Por ejemplo, podemos considerar establecer con claridad el precio total de un bien o servicio, informando sobre tributos u otros que puedan corresponder al bien o servicio ofertado, así como en determinados casos sobre los costos de entrega que se relacionan al mismo.

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